20 Feb 2020

No hay cristianismo sin cruz

Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres” (Mc 8,33)

Es Jesús quien pregunta para Sus discípulos: “¿quien soy Yo?”. Delante de muchas respuestas, Pedro es quien va en la llave, con la mirada correcta y concreto decir: “¿Tu eres el Mesías, Tu es el Cristo?”. Bendito sea Pedro porque ve primero la gracia; ve lo que los demás aún no ven, ve en Jesús el Mesías.

Nosotros tenemos la mirada de Pedro: miramos para Jesús como el Señor, Salvador y Mesías. Además, el mismo Pedro que tenía el Espíritu divino y la mirada de la gracia en él, también tenía el pensamiento demoníaco. Pues, cuando Jesús anuncio que Él era el Mesías, pero era el Mesías que iba sufrir, ser condenado, juzgado, ser muerto y después Él iba resucitar, Pedro reprendió: “No, Señor. El Señor no va pasar por eso”. Entonces, Jesús dijo: “Aparta de mí, Satanás, va para lejos; tu no piensa como Dios, tu piensa como los hombres”.

Jesús esta reprendiendo a mí y a ti por todas las veces que rechazamos la cruz en nuestra vida y creemos que ella no es digna, que no es nuestra y que nosotros no la debemos cargar. No hay cristianismo sin cruz; no hay seguidor de Jesús que no abrace su cruz; no hay seguidor de Jesús que rechace el sufrimiento y el dolor. Si tu quieres seguir a Jesús solo para el mesianismo de la gloria, disculpa, pero tu pensamiento es humano, es mundano.

Nosotros no podemos adherir la religión de la vida fácil, la religión de la prosperidad, a la religión que predica la cruz sin Jesús y Jesús sin la cruz.

Aparta para lejos de ti los pensamientos diabólicos que te apartan de la cruz de Jesús

Nosotros anunciamos el Cristo crucificado, el Cristo de los dolores, de los sufrimientos, el Cristo que esta con cada sufridor, el Cristo que esta con nosotros en nuestras tribulaciones. Y nosotros no podemos negar a esta Cristo; no podemos querer el cristo de las facilidades, el Cristo solo de la sonrisa fácil, el Cristo que solo hace milagros… Mis hermanos, nosotros no podemos querer el cristo que solo trae beneficios para nuestra vida.

El Jesús que nosotros seguimos es el Jesús de la cruz; es el Jesús crucificado. El Jesús que nosotros seguimos es el Jesús del sufrimiento, el rechazado; el Jesús no amado. El Jesús que nosotros seguimos es el Jesús que fue muerto y abrazo la muerte (…). Pero hay personas que no tiene más la mirada de fe para la muerte.

“Ah, Señor, ¿por que estoy sufriendo?” Porque tu eres la persona humana; y persona humana, sufre. “Ah, Señor, ¿por que yo he quedado enfermo?”. Porque tu tienes un físico, y todo cuerpo físico entra en descomposición, más temprano o más tarde. Nosotros no podemos negar las realidades humana, Jesús vino para abrazar todas ellas y también enseñarnos y abrazar todas.

No criemos tampoco abrazamos la religión del fanatismo; no criemos tampoco abracemos la religión del engaño. Abrazamos la religión de Jesús, el Siervo sufridor que nos ama y demos gloria para aquel que abrace su cruz y no la rechaza. Por eso, aparte para lejos de ti los pensamientos diabólicos que te apartan de la cruz de Jesús. Nosotros seguimos a Jesucristo, el crucificado.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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