Necesitamos traer María, la Madre de Jesús, porque ella trae su Hijo para dentro de nuestra casa, para dentro de nuestra familia
“Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 20).
Comenzamos la preparación más cercana para la Navidad del Señor. Cada día de esta semana nos lleva a ver que la celebración de Navidad esta más cercana y, al mismo tiempo, nos dice que el Señor esta más cerca. Las personas, a veces, se preocupan lo cuanto la edad esta avanzando; con los años que están yendo van adelante y comienza el temor, porque no quieren envejecer.
Cuanto más avanzamos en los años y más tiempo estamos viviendo, consecutivamente, más cercanos estamos del Señor, de la vida plena, de la vida eterna con Él. Si no tenemos la dimensión de la eternidad dentro de nosotros, si tenemos solo la dimensión del fin de la vida y no del inicio pleno de la vida, no queremos quedar más cercano del Señor.
El Señor quiere quedar más cerca de nosotros. No es más una celebración de Navidad que estamos preparando, es la celebración de la presencia de Dios que, cada vez es más cerca de nosotros.
Digo a ti lo que los Ángeles dijo a José: “Si quieres quedar más cerca del Señor, no tengas miedo, no tengas miedo de recibir aquella que fue toda del Señor, es toda de Él, es plena.
José no entendió lo que ocurrió con María, yo pienso que ninguno de nosotros entendemos. El misterio, grande y sublime. María se convirtió en Cielo en nuestro medio, su vientre es habitación de Dios en nuestro medio.
Necesitamos acercarnos de Ella, necesitamos acogerla entre nosotros, porque trae el Cielo cerca de nosotros, trae Jesús dentro de nosotros. Preparándonos para la Navidad del Señor, no necesitamos traer a Papá Noel y ni nada parecido para dentro de nuestra casa, necesitamos traer María, la Madre de Jesús, porque Ella trae su Hijo para dentro de nuestra casa, para dentro de nuestra familia.
¡Dios te bendiga!
