26 Dec 2017

Llevemos la vida en nombre de Jesús

Jesús nació para que, tengamos la vida en nombre de Él, lo asumamos en nuestra vida y para que Él de sentido a nuestra vida

“La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía” (He 6,5).

En el misterio de Navidad que estamos viviendo en estos días, contemplamos hoy, el primer mártir Santo Esteban, el primer que dio la vida por amor a Jesús.

Amar y adorar a Jesús, significa llevar en nombre de Él. Jesús nació para que tengamos la vida en nombre de Él, lo asumimos en nuestra vida y para que Él de sentido, razón y haga la diferencia en nuestra vida.

Jesús nació del vientre de María para enseñarnos que, desde nuestra concepción, Él desea que nosotros seamos de Dios, hasta el momento de nuestro último “amén”; de nuestra muerte; porque, nacemos para ser siempre de Dios.

Contemplamos, hoy, el martirio de Esteban, hombre lleno de la gracia, de la fe y del Espíritu Santo. El Espíritu Santo que se encarnó en el vientre de María estaba también en Esteban.

Esteban llevó la vida en nombre de Jesús, proclamó su amor a Jesús, por eso él no tuvo temor, ni miedo de morir, porque, para él era los mismo que, contemplar para siempre el verbo de Dios, lo cual él tanto amaba y por Quien tanto vivió.

Una persona verdaderamente convertida a Jesús, lleva la vida en nombre de Él, deja Él guiar sus pasos, sus caminos, dar la dirección de tu vida. Una persona que ama verdaderamente a Jesús, no teme ni la muerte, porque, ella vive toda la vida por causa de Jesús, en nombre de Él.

Es al nombre de Jesús que queremos rendirnos y queremos adorar; es el nombre de Él que debe estar en nuestra boca, en nuestro corazón y en todo lo que hacemos. El Jesús que contemplamos en el presepio es el mismo que adoramos en nuestra vida. Es Jesús que da razón y sentido al que vivimos, a lo que hacemos y somos.

Hoy, reconocemos la grandeza de Esteban de dar su vida por amor a Jesús, perdonando sus enemigos, alegrando en vivir por causa de Jesús. Queremos, así como Esteban, adorar a Jesús, nacido para salvarnos. Pidiendo que Él nos de la gracia de perdonar, de amar hasta nuestros enemigos, la gracia de llevar la vida en nombre Jesús, hasta la última gota de sangre.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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