06 Feb 2022

Lleve a todos los corazones la Palabra de Dios

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”. Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes” (Lc 5, 4-5).

¡Hoy es domingo, día del Señor! Jesús acaba de hablar, Su Palabra exorciza los corazones, la Palabra de Jesús tiene la capacidad de engendrar el hombre nuevo, la mujer nueva. Jesús ordena a Simón: “Navega”; la palabra en el singular. Después, Él habla: “Navega mar adentro, y echen las redes”, en el plural. Es una invitación para uno, pero también una invitación para todos, uno es responsable por todos, pero todos son responsables. La unidad es donde nadie pierde su individualidad.

Manía de no asumir la responsabilidad personal por la propia vida es un vicio de todos nosotros, queremos remeter a alguien una responsabilidad que es nuestra. Hoy, el Señor quiere responsabilizarnos personal y comunitariamente por el anuncio del Evangelio.

Manifestación de nuestra manía es nuestra falta de comprometimiento parroquial, falta de comprometimiento en nuestra comunidad, aquel tipo de conducta de ser servido y no de servir, la concepción de Iglesia como lugar que me ofrece alguna cosa, y no como el lugar de ofrecerse en sacrificio, de donar la propia vida. Jesús quiere recordarnos algo muy importante en nuestra Iglesia: el servicio, la disposición, la disponibilidad para las obras de apostolado para evangelizar; aquel movimiento salir de nuestro comodismo.

Nuestra capacidad de hacer alguna cosa necesita siempre estar unida a la Palabra de Cristo

Jesús ordena: “Navega mar adentro”, porque algunos problemas en nuestra vida personal o de nuestra vida eclesial son solo la punta del iceberg, nosotros tenemos que tener coraje de ir más adentro y solucionar los problemas en la raíz.

El Señor habla: “echen las redes”, una orden dada a pescadores, y Jesús era hijo de carpintero. Era de día, y no se pesca de día, aparentemente ordenes muy insensatas de la partes de Jesús. ¿Por qué para nosotros es sensato solo aquello que nosotros conseguimos hacer? Porque, muchas veces, Dios nos va pedir el absurdo. Dios va exigir de nosotros algo que nuestra lógica no va comprender.

Simón Pedro responde: “Maestro, […]” – mira, un pescador llamando un carpintero de Maestro – “[…] en atención tu palabra”, es decir, nuestra pericia, nuestra capacidad de hacer alguna cosa, necesita siempre estar unida a la Palabra de Cristo, no podemos ser autosuficientes. Sin embargo ya sabemos hacer o ya tengamos consciencia de muchas cosas, necesitamos unirnos siempre a la Palabra de Cristo: “En atención a tu palabra”. Simón llama Jesús de Maestro en un contexto donde él sabía muy bien. Nuestro problema es si nosotros escuchamos la Palabra de Dios; nuestro problema, muchas veces, puede ser resuelto si nosotros escuchamos la Palabra de Dios.

“Echen las redes” palabras de conexión, de esta concepción de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, todos unido con un único y mismo objetivo: llevar a todos los corazones la Palabra de Dios.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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