“Si alguien quiere seguirme, renuncie a sí mismo, toma su cruz y sígueme” (Mateo 16,24)
Para ser discípulo de Jesús es necesario seguir las exigencias de Él. Muchas veces somos movidos por nuestras emociones, y las emociones son así: “Creo que es bueno, quiero para mi”, pero no medimos las consecuencias de aquello que estamos haciendo.
Todo lo que hacemos en la vida tiene exigencias, pero no gustamos de exigencias, gustamos de todo bien hecho, práctico y mágico, de todo mucho no “toqué y aconteció”. Todo aquello que de hecho, es bueno, es auténtico, sólo con exigencias que podemos seguir.
Si usted quiere comenzar y vivir una vida disciplinada, quiere perder peso, usted tiene que seguir algunas exigencias. Las reglas son duras, usted tiene que levantar temprano, correr,
hacer ejercicio, alimentarse. Són exigências!
Para seguir Jesus no es diferente. Mucha gente quiere seguirlo, pero no quiere exigencias y por eso no lo siguen de verdad, viven en una ilusión de que están en el camino de Dios, pero están siempre en el camino, nunca adentran en la estrada, nunca adentran de verdad, porque adentrarse de verdad, primero es necesario renunciar.
Renúncia no es escapar, es renunciar a la voluntad propia para abrazar, a cada día, las obligaciones.
No queremos la renuncia, queremos solo tener las cosas, pero tenemos que renunciar a tiempo, nombre y comodidad. Es necesario vivir renuncias. El joven que quiere casarse sabe que para casarse es necesario renunciar, por eso muchos casamentos no dan cierto, porque el chico o la chica quiere vivir como si estuviera soltero, con aquella vida independiente y moderna.
Para vivir una vida a dos, es necesario mucha renuncia. La pareja quiere tener hijos … es gracia de Dios. El Hijo es gracia y bendición, pero tenemos que tener mucha renuncia para cuidar y crear en los tiempos en que vivimos.
No se deje llevar por propagandas de facilidades, es engaño e ilusión. Todo lo que en la vida tiene valor sólo se adquiere con mucha renuncia. El jóven quiere jugar a la pelota, quiere ser un jugador profesional, va tener mucha renuncia y mucha disciplina, no basta tener talento. El chico tiene que renunciar bastante al tiempo para conseguir lo que quiere.
Yo podría decir tantas cosas, pero si quiere, primero tiene que saber renunciar y después tomar la cruz.
El reino de Dios es el Reino del Crucificado, nosotros seguimos Jesús Crucificado, entonces, nosotros también criticamos cada día cargando nuestra cruz de vida, de las obligaciones y responsabilidades.
Renúncia no es escapar, es renunciar a la voluntad propia para abrazar a cada día, las obligaciones que son propias de la vida. Abrazar a los límites, a las dificultades, a la familia que tenemos y a las situaciones en que nos encontramos. Y vamos a ser felices siguiendo al Maestro Jesús.
¡Dios te bendiga!
