05 Sep 2019

Dediquemos atención a la Palabra de Dios

“Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes” (Lc 5, 5).

Jesús esta sembrando y proclamando la Palabra. Las multitudes se apretaban para escuchar la Palabra que salga de la boca de Jesús.

Aquí tiene algo muy importante, porque Jesús es la propia Palabra viva y encarnada; de la boca de Él sale la Palabra viva, que da la vida; la Palabra que salva, transforma, sana y liberta. Por eso, Jesús proclama la Palabra y estoy aquí anunciando la Palabra de Dios.

Necesitamos escuchar la Palabra, necesitamos dar atención a ella. Necesitamos permitir que la Palabra de Dios entre en nosotros y nos convierta por dentro y por fuera. Pues, solo cuando dimos atención a la Palabra de Dios, seremos transformados por Dios, porque, es en el poder de la Palabra que el Señor nos sana, nos levanta y nos da vida nueva.

Estamos muy distraídos y apartados de la Palabra; estamos muy centrados en tantos problemas de la vida y no damos atención a la Palabra. Esta ahí la tristeza de Pedro: a noche toda pescando, ya estaba angustiado, triste, decepcionado; y Jesús el mando lanzar en otra en otra dirección.

De atención a la Palabra de Dios, dedique tiempo. Deja, por lo menos, 20 minutos de cada día solo para escuchar y reflexionar la Palabra

Una alma frustrada que intento y no consíguió, como va ahora lanzar para aquel lado. “Es en atención a Su Palabra que lanzaremos a las redes”. Y mira la abundancia de la pesca, porque dio atención a la Palabra de Jesús.

Dio atención a la Palabra de Dios, dedique tiempo. Deja, por lo menos, 20 minutos de cada día solo para escuchar y reflexionar la Palabra.

La Palabra de Dios calma aquellas que están nos perturbando; calma las tempestades que están agitadas dentro de nuestro corazón. La Palabra de Dios trae paz para nuestra cabeza que, muchas veces, esta inquieta, perturbada; nuestra mente tan llena de devaneo, pero necesitamos dejar que la fuerza de la palabra de Dios actúe en nosotros.

Si tuviéramos dado más atención a la Palabra de Dios, tendríamos equivocado menos, batido menos a la cabeza; tendríamos decepcionado menos en la vida y caminaremos mucho más en la luz de Dios, porque la luz de Dios es Palabra de vida para nuestra vida.

Hoy, estoy realmente llamando a ti para que realmente de atención a la Palabra de Dios. Y dar atención quiere decir: volverse con el corazón para ella. No basta estar presentes, la Palabra ser proclamada, pero la cabeza estar “volando” y el corazón estar para el otro lado.

Necesitamos realmente tener atención y combatir todas las distracciones de la vida para sernos atentos, centrados; entonces, esta Palabra va ser capaz de salvar y transformar nuestra vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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