“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14)

La Palabra eterna, sublime y única de Dios se hizo hombre, se hizo uno de nosotros y vive en nuestro medio, y queremos acoger la Palabra de Dios.

Es aquella misma Palabra que en el principio, creo todas las cosas; es la misma Palabra que recría y hace nueva todas las cosas. Es la Palabra que nos salva y nos restaura. Es la Palabra divina, persona de Dios, que se hombre, que se hizo humano como nosotros.

¿Por que Dios realiza tanta misericordia? ¿Por que Dios realiza algo tan grandioso para nuestra humanidad decaída? Para salvarnos, redimirnos, libertarnos y ayudarnos.

Busquemos vivir la santidad como compromiso de vida, para que Jesús no sea solo un nacimiento histórico

Hoy, queremos contemplar Jesús Nuestro Salvador,queremos adorarlo, amarlo, venerarlo y rendirnos a Él de todo nuestro corazón para decir: “Bendito sea Dios. Alabado sea Dios que tuvo misericordia y compasión de nosotros, que nos dio un divino Salvador”. Después para unirnos a los ángeles que cantan noche y día gloria na Dios en el más alto Cielo, para glorificar solo a Dios porque las glorias humanas no llevan a nada. Queremos rendir glorias solo a nuestro Dios, a nuestro Salvador, después, queremos adorar a Jesús como nuestro Señor y Salvador.

Queremos volvernos de todo nuestro corazón para reverenciarlo con toda la humanidad de nuestra alma y queremos en este día festivo, de muchas cosas ocurriendo, de tanta gente celebrando de tantas formas, abrir nuestro corazón, abrir nuestro corazón para decir: “Jesús, vive en mi. Jesús, vive en mi. Jesús, nace en mi corazón y permanece en mí”.

El lugar que Jesús nace fue el vientre humilde y santo de la Virgen María, busquemos la humildad con toda la intensidad de nuestra alma, busquemos vivir la santidad como compromiso de vida, para que Jesús no sea solo un nacimiento histórico del pasado, pero Él haga historia en nuestra vida, transformando nuestro vivir, nuestra realidad, la casa, la familia, el hogar, la sociedad donde todos estamos.

Celebramos, hoy, con toda la intensidad de nuestro corazón, el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador.

¡Feliz y Santa Navidad para todos!

¡Dios te bendiga!