27 Nov 2021

Busquemos tener siempre serenidad y sobriedad en nuestra vida

“Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes” (Lc 21, 34).

Muchas personas están se sorprendiendo con la muerte. No es que es para todo el mundo morir de un momento para el otro, y tampoco pensar que es normal. ¡No! Necesitamos entender que la muerte es nuestra compañera de vida, y ella, un día, llegará para todos nosotros. ¡Es una realidad sobre la cual no podemos engañarnos. ¡Necesitamos estar preparado para ella! No necesitamos pensar en ella todos los días, pero vivir bien cada día es la forma de vivir bien nuestra vida.

Ocurre que vivimos la era de una generación de personas engañadas, por el tiempo presente y por la cosas todas que el mundo nos ofrece. Es por eso que somos sorprendidos, porque el día que la muerte llega, ella acaba siendo una trampa, como nos dice la Palabra.

Necesitamos buscar la serenidad y la sobriedad para no perdernos la dirección de la vida

La Palabra de Dios quiere llamar la atención para tres cosas que, incluso, iluden nuestra generación. “Cuidado para no quedaren insensibles”. La insensibilidad del alma, del espíritu, del corazón, de la mente y de la voluntad. La primera cosa: cuidado con la gula.

La industria alimentar es la más poderosa que existe, pues funciona 24 horas, ella sirve en su casa, ella da una posibilidad de opciones… ¡Y se dejar, la persona come el día todo! ¡No estoy aquí para hablar de dieta o de restricción alimentar, pues cada uno tiene que cuidarse, pero cuidado, porque, muchas veces, la gula toma cuenta de nosotros, comemos más de lo que debíamos, nos excedemos, nos convertimos pesados, cuando nos excedemos en el comer, el cerebro ni funciona bien!

Nuestra generación es marcada por el exceso en el beber, el alcoholismo es una de las realidades más duras y crueles, pero no necesita ser alcohólico. Para muchas personas, el domingo es comenzar a beber temprano y solo termina en el final del día; hay otros que no consiguen quedar un día sin beber una bebida alcohólica, ni se dan cuentan y aún son llevado por aquel lema del engaño que dice: “Paro de beber cuando me de la gana,” y muchos quieren parar y no paran, son mismo llevados.

Tu ves muchas veces, las fotos de status de jóvenes, de personas adultas, es siempre una botella de algo alcohólico en la mano. ¡Cuidado con la embriaguez, es una gran señal de la insensatez! Y otros, o la mayoría de nosotros, somos tomados por las preocupaciones de la vida, preocupaciones exageradas, preocupaciones financieras, preocupaciones con eso y con aquello, y la vida se convierte en el alrededor de las preocupaciones. Perdemos el foco del esencial, y tampoco la gracia de Dios puede guiarnos, porque somos tomados por esa embriaguez de los tiempos. Necesitamos buscar la serenidad y la sobriedad para no perdernos la dirección de la vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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