El hombre nuevo que nace de la Pascua de Cristo tiene nuevas actitudes, él es el promotor de la paz, de la reconciliación y de la concordia
“Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva” (Rom 6, 4).
El Sábado Santo de Nuestro Señor Jesucristo es el sábado de la gloria, es el sábado en el cual nos revestimos de la veste nueva que, Cristo Jesús trajo para nosotros. No se trata de una ropa nueva que vamos usar en la Vigilia Pascual, pero se trata del hombre nuevo que se cubrió de Cristo Jesús que, durante toda esto camino Cuaresmal se ha revestido vieja del pecado, de nuestros malos deseos, de nuestro egoísmo, de nuestro orgullo de nuestra soberbia. Despojémonos de todo eso para vestir la veste del hombre nuevo con nuevos sentimientos, con nuevas actitudes, con una nueva cabeza, una nueva mentalidad. No basta solo cantar “Aleluyas” o “encender una hoguera”, estas son expresiones de la vida nueva.
La Pascua de Cristo ocurre dentro de nuestro corazón, pero no vamos ahora volver y decir: “No veo el momento de volver a comer carne. No veo el momento de tomar refrigerante”. ¿Cuál es el hombre nuevo que nace en este época? ¿Cuál fue la mujer nueva que nace en estos cuarenta días de Cuaresma? ¿Qué actitudes nuevas Dios operó en nosotros?
Será que celebrando esa campaña de la fraternidad conseguimos romper toda esta violencia que hay dentro de nosotros, este nuestro instinto agresivo de provocación, de discordia que el hombre viejo depositó dentro de nosotros.
El hombre nuevo que nace de la Pascua de Cristo tiene nuevas actitudes, él es el promotor de la paz, de la reconciliación y de la concordia. El hombre nuevo no se deja levar por los sentimientos antiguos de la amargura, del resentimiento, de la tristeza; no se deja levar por las antiguas impurezas que siempre guiaron nuestros pensamientos y sentimientos. No vamos a la Iglesia para quedarnos horas escuchando lecturas, vamos para celebrar esta vida nueva que Cristo realiza en la vida y en el corazón de cada uno de nosotros.
¡Una santa y bendecida Vigilia Pascual para nosotros!
¡Dios te bendiga!
