“Escuchen también esto. Un hombre estaba a punto de partir a tierras lejanas, y reunió a sus servidores para confiarles todas sus pertenencias. Al primero le dio cinco talentos de oro, a otro le dio dos, y al tercero solamente uno, a cada cual según su capacidad. Después se marchó” (Mt 25, 14 – 15).

Esta parábola del hombre que iba viajar para el estrangero – y, antes de viajar, cogió los bienes que tenía y dió para sus empleados, de acuerdo con la capacidad de cada uno, para que cuide de sus bienes y cuando regresar sus bienes hubiera sido cuidados e incluso, muchas veces, crecido los bienes que aquel hombre tenía – nos muestra que es nuestra vida.

Todos nosotros tenemos la capacidad, vamos salir, por favor, de ese complejo de inferioridad, vamos salir de ese sentimiento que nosotros tenemos de querer disminuir nosotros mismos. ¡Todos nosotros tenemos capacidades!

Quedó mirando, incluso, personas que nacieron con límites de la naturaleza, sean límites psicológicos, límites físicos…Cuando estas personas se disponen a superar, ellas dan show en nosotros que pensamos “normales”, “capaces”, pensamos que físicamente nosotros somos completos. Ellas, en el límite que tiene, pasan sus propios límites, y nosotros, muchas veces, cerrados, entristecidos, nos cerramos en una depresión porque no sabemos salir de nuestros límites.

Deja que realmente el poco o el mucho talento que tu tienes pueda ser usado

No podemos ser ese siervo mal y perezoso que ha recibido un talento y enterró, porque no se importó. ¡No podemos ser así! Primero, no podemos ser un siervo mal, pues ese es aquel que no administra bien su propia vida, aquel que, en realidad, está enterrando el talento, la capacidad y viviendo una vida de una forma ociosa y perezosa.

Yo sé que muchas situaciones no dependen de nosotros, personas quedan desempleadas y no quieren estar así, el problema es que toda una cuestión más amplia. Pero yo siempre hablo que una persona puede quedar desempleada, pero desocupada jamás.

Yo vi personas que cuando estaban desempleadas conseguirán transformar la vida, conseguirán levantarse… “Pero yo soy una persona talentosa, he estudiado muchos años para ser un ingeniero, para ser eso y aquello, no voy hacer otra cosa”, y entonces tu vas no vas hacer otra cosa, vas enterrar tu talento y quedas simplemente murmurando, reclamando la vida; y realmente tu vida se va convirtiendo en una vida dura, cruel y amarga de vivir.

No haga eso, sal para fuera. deja la creatividad fluir, deja que realmente el poco o el mucho talento que tu tienes sea usado, pero no dejes él paralisado. Invente, cría, el Espírto Creador está a nuestra disposición cuando nosotros ponemos para trabajar, para hacer, para crear, para salir de nuestro comodismo, salir de la reclamación, de la murmuración para hacer la gracia ocurrir. No enterramos nuestros talentos, todos nosotros tenemos; unos usan bien otros no usan y otros usan incluso mal los propios talentos de la vida, pero cada uno va dar cuenta del don que ha recibido.

¡Dios te bendiga!