12 Jan 2023

Usa tu enfermedad como un lugar de encuentro con Jesús

“Se le acercó un leproso, que se arrodilló ante él y le suplicó: «Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.” (Marcos 1,40-41).

Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:

Jesús sana este hombre, y la sanación de él va costar caro para Jesús. Porque, apartir de esta sanación, Jesús no podía más entrar en lugares público, Él tenía que quedar apartado, en las aldeas; Él tomo el lugar del leproso.

Cuando nosotros decidimos por Dios tenemos que estar dispuestos a pagar el precio. Y toda vez que Jesús hacía un milagro, por voluntad de Él, nunca fue un elemento de divulgación de Su nombre, Jesús nunca se aprovechó del sufrimiento de las personas para hacer propaganda de Su nombre. Para Jesús, el milagro era un acto extraordinário, y el milagro era algo para aquella persona en primer lugar.

Por supuesto que fue inutil Jesús pedir que él no revelase porque la fama de Jesús se difunde, y los efectos de Dios se difunden. Pero la intención primera de Jesús, cuando realiza un milagro es traer de vuelta el corazón de aquella persona para cerca de Él.

La preocupación de Jesús nunca fue con audiencia, con seguidores, con curtidas, pero fue para formar discípulos, fue para salvar los hijos de Dios. Entonces, todo que hicimos: nuestra obra de evangelización, ser instrumento en las manos de Dios, testimoniar Jesucristo; todos lo que hacemos sea para la gloria de Dios y no para nuestra vanagloria, no para la promoción de nuestra imagen.

Haga de tu enfermedad como hizo ese hombre del Evangelio, un lugar de encuentro con Jesús

En la época de Jesús, la lepra era sinónimo de exclusión, era una exclusión de la vida social, porque la persona no podía más tener convivio con nadie, tenía que quedar apartada. También exclusión de la vida religiosa, porque ella estaba prohibida de frecuentar el templo, de hacer sus oraciones porque la enfermedad era como una maldición. Y también era la exclusión afectiva, la persona no podía tocar a nadie, no podía abrazar nadie, no podía quedar cerca de otras personas sanas.

Miren, todos estaban lejos del leproso, pero Jesús permite que él se acerque — el hombre llego cerca de Jesús, y era prohibido, pero él venció una barrera interior, venció una dificultad interior, de sentirse excluido. Muchas veces, nosotros somos así, ni somos excluidos, pero nos sentimos por causa de nuestras heridas, de nuestra baja autoestima, por las heridas de nuestro pasado nosotros nos sentimos, muchas veces, excluidos.

Acerca tu corazón de Jesús porque Él quiere sanarte. La respuesta de Jesús fue inmediata, Él sintió compasión, extendió la mano, tocó en aquel hombre y lo curo. la enfermedad se convirtió un lugar de encuentro.

No maldice tus enfermedades, no maldice tu condición, pero haga de tu enfermedad, de tu situación, como hizo ese hombre del Evangelio, un lugar de encuentro con Jesús, un lugar de sanación y de restauración.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.