16 Oct 2021

Testimoniar es llevar la vida en nombre de Jesús

“Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios” (Lc 12, 8).

¡Que gracia es el testimonio que Jesús quiere dar de nosotros delante de los ángeles! La probación que Jesús quiere decir, testimoniar, hablar, anunciar y proclamar: “Este es mi discípulo”, “Este es mi seguidor”, “Este, en el sufrimiento y en el dolor, tengo orgullo en mi corazón porque testimonia mi amor”.

¡Que tristeza es ser renegados! Y seremos renegados a la medida que negamos testimoniar Jesús delante de los hombres. El testimonio no es hablar de Jesús solo, no es decir palabra bonitas o cantar el nombre del Señor; testimoniar es la vida coherente, es vivir los valores, es mostrar con la vida en quien nosotros creemos; testimoniar es llevar la vida en nombre de Jesús.

No tenga verguenza de testimoniar porque Dios no tiene verguenza de amarnos

Testimoniar es no tener verguenza de decir: “Yo no me emborracho porque soy un discípulo de Jesús”, “No llevo esta vida equivocada porque soy un discípulo de Jesús”, “No compacto con la corrupción, con dinero facil, no leso nadie porque soy un seguidor de Jesús. Testimoniar con la vida, con el comportamiento, testimoniar sin tener verguenza de aquel a quien nosotros seguimos y amamos. Vamos a misa, escuchamos la Palabra de Dios, reflexionamos la Palabra del Señor, pero nosotros no podemos tener miedo, recelo y cuanto menos verguenza de testimoniar delante de los hombres Aquel que nosotros amamos.

Estamos en el campo de la misión, todos nosotros. Donde tu estes, en el trabajo, en la escuela, en la relación de la familia, necesitamos testimoniar Jesús, no necesitamos pelear por causa de Jesús. Jesús no esta pidiendo para nadie pelear por causa de Él ni crear confusiones en nombre de Él, ni atacar las personas por causa de Él, de ninguna forma. Jesús espera que nosotros podamos dar testimonio con el comportamiento, con la vida, porque agresividad no es testimonio, denegrir el otro, atacar el otro…

Aún que yo tenga mis convicciones religiosas, mis convicciones de fe, vivenciarlas es la mayor lucha de la vida, testimoniar con la propia vida es la mayor gracia. A veces, estamos llenos de conocimientos doctrinarios y dogmáticos, somos aquellas personas insoportables que nadie aguanta quedar cerca de nosotros, somos aquellas personas que donde llegamos no fomentamos el amor y la alegría, y sí la irritación y la amargura, y no estamos dando testimonio de la alegría de ser discípulos de Jesús.

Que puedas dar el testimonio por la humildad, por la practica de la caridad; testimonie realmente cuidando de la propia vida a cada día, viva las practicas religiosas con amor, con entusiasmo, pero comience en la casa, en la familia, comience teniendo paciencia en soportar quien es diferente de ti, comience sabiendo acoger quien tu no querias acoger. Que puedas dar testimonio, no tengas verguenza de testimoniar porque Dios no tiene verguenza de amarnos y cuanto más presentarnos delante de los ángeles, cuando nosotros los seguimos como verdaderos discípulos del Maestro Jesús.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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