07 Jan 2018

Necesitamos adorar Jesús

Necesitamos primero adorar a Jesús, ponernos en la presencia de Él, porque es solo Él que debemos adorar

“Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incenso y mirra” (Mt 2, 11).

Hoy, celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, y “Epifanía” quiere decir manifestaciones. Es Dios que se manifiesta al mundo, es Jesús que manifiesta a todos los pueblos, es la gracia de Dios que llega a todos los corazones que abren para adorarlo y reconocerlo como el Salvador de la humanidad.

Todas las veces que nos abrimos para adorar y buscar Jesús, la luz de Él brilla sobre nosotros.

Los magos que vinieron del Oriente vieron una estrella, y ella los condujo hasta Jesús. Los magos no estaban buscando la estrella, ellos estaban buscando el Salvador. “Vimos la estrella. Vimos una señal”.

Hay muchas señales de Dios en el mundo, pero no estamos buscando estas señales; ellos nos conduce, apuntan y guían. Podemos ser una señal de Dios para las personas; podemos y debemos ser una señal de Dios para nuestra casa, para nuestra familia, para aquellos que conviven con nosotros. Además, no tenemos luz propia, porque la luz es de Jesús. Guiamos las personas, y nuestra propia vida al encuentro de Jesús.

En el medio del camino, los Magos encontraron Herodes, ese quiso confundir a ellos, engañarlos. Encontramos con muchos “Herodes” en el medio del camino, en el camino de la vida; que nos iluden y nos confunden.

Herodes quería la gloría de Dios para él. Herodes decía: “¿Dime dónde esta este niño? También quiero adorarlo”. El mundo que no adora Jesús quiere ponerse en Su lugar y, desgraciadamente, dejamos de adorar a Jesús para adorar a los ídolos de este mundo, adorar lo que ese mundo pone a nuestros pies.

Los magos encontraron al niño y su madre, se postraron delante de Él y lo adoraron, después ofrecieron sus regalos: oro, incenso y mirra.

Necesitamos primero adorar a Jesús, ponernos en la presencia de Él, porque es solo Él que debemos adorar. Si tenemos algo que nos pertenece, y esta delante de nosotros a los pies de Jesús, a los cuidados de Él. Ponga tu casa, tu familia a los cuidados del Señor para que Él sea Señor de nuestra casa, de nuestra familia y de lo que somos.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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