24 Oct 2019

Permitamos que Jesús realice la separación entre nosotros

“Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!” (Lc 12,50)

El bueno y justo juez está deseoso, esta con tu corazón inflamado para que tu fuego esté incendiando toda la Tierra. Y para que sirve el fuego sino para quemar, destruir lo que es nocivo, pero; ¿al mismo tiempo, para encender la gracia, para inflamar el amor y hacer que el Reino de Dios ocurra? Cuando el Reino de Dios esta ocurriendo, él provoca una cisión, una división, una separación.

Cuando era niño, cogía arroz -porque venía mezclado el arroz bueno y aquel otro que no era bueno, e ya veíamos por el color y hacíamos la separación -, quitábamos el arroz que prestaba, y separábamos el más blanco de aquel que estaba estropeado, con basuras, con las cosas que se mezclan con él.

En todo en la vida necesitamos saber separar las cosas, porque vivimos en un mundo donde todo esta muy junto y mezclado; y cuando las cosas se mezclan, pensamos que todo es bueno y maravilloso.

Fue eso que Jesús vino hacer en nuestro medio, Él vino separar el joyo del trigo. Aún que entendamos, en la parábola, que la separación definitiva del joyo y del trigo que ocurre en los fin de los tiempo, la semilla del joyo tiene que se separada, porque no podemos ser joyo y trigo al mismo tiempo.

El Reino comienza a ocurrir en nuestro corazón cuando nuestro hermano, nuestro padre, nuestra madre, nuestro amigo e incluso hermano de la iglesia viene traer para nosotros lo que no edifica, que no es de Dios, que provoca confusión, división, y no es de Jesús.

Necesitamos hacer la separación. No es el caso de las personas se colocaren unas contra las otras, as familias se dividiren, el padre ir para un lado y la madre para el otro. Es permitir que Jesús realice y separe lo que no es de Él, lo que no edifica una casa ni una familia.

Cuando el Reino de Dios esta ocurriendo, él provoca una cisión, una separación

En la misma casa estamos mi hermano y yo. Yo quiero el amor, pero mi hermano quiere el odio; yo quiero la paz, pero mi hermano quiere guerra. Yo quiero lo que edifica, que es de Dios, pero mi hermano quiere lo que es mundano. No necesito pelear con mi hermano, pero no puedo, en nombre del amor fraterno, de todo que mi hermano trae, aceptar como si estuviera todo bien.

Yo necesito de fuego de Dios en mí para que la separación ocurra. Y mismo dentro de una casa, si las personas deciden que van asistir una película que no edifica, alguien tiene que tener juicio para decir que la película no edifica la casa, no hace bien para los hijos, no es una e opción sana, madura ni sensata.

El fuego del Espíritu es necesario no para causar confusión ni acusar nadie, pero para hacer separación de lo que conviene de lo que no conviene, de lo que edifica de lo que no edifica, para separar lo que lleva para Dios y lo que nos aparta de Él.

La sabiduría del Espíritu guía nuestros pasos para que seamos sembrador de la paz, haciendo separación de lo que no es de Dios.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.