“Entonces trajeron a Jesús algunos niños para que les impusiera las manos y rezara por ellos” (Mateo 19,13) 

Me quedo pensando con este pasaje de las Sagradas Escrituras, cuando los padres estaban llevando a los niños para que Jesús pudiera no solo colocar las manos sobre ellos, sino también orar por ellos. 

Tenemos que perdonar la ignorancia de los discípulos. Regañaron y mantuvieron alejados a los niños. Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí. El Reino de los Cielos pertenece a quienes se parecen a ellos”. 

Llevemos a nuestros niños a Jesús. Primero, quien tiene que hacer eso son los propios padres. Es en la propia casa, en la propia iglesia doméstica donde nuestros niños tienen que ser bendecidos, y tenemos que rezar por ellos. Padres, por favor, bendigan a sus hijos, pongan las manos sobre sus hijos para rezar. 

Las madres que están embarazadas, dejen que los niños lleguen al regazo de Dios, no queden solo preparando todas aquellas cosas para los niños que van a llegar, con una cuna de bebe, con las ropas, la canastilla de bebe. Esto es grandioso, de gozo y expectativa, pero también prepara a tus hijos espiritualmente.  

Nuestros hijos necesitan crecer bendecidos, y el primer canal de la bendición y de la gracia para los hijos son los propios padres. 

¡Qué bendición es tener un padre y una madre que, todos los días, colocan la mano, – y las dos manos, porque el hombre tiene que colocar también y rezar – en la barriga! Y cuando los niños nacen, no dejen, un día de bendecir a sus hijos. Y, por favor, no bendigan de cualquier manera, no hagan de la bendición un amuleto o una cosa furtiva cualquiera. 

La bendición es una comunicación de gracia, es lo que se transmite de autoridad de padre y de madre que ustedes tienen para con sus hijos. Ellos van creciendo – y que crezcan bendecidos -, pide y suplica la bendición. ¡Por favor, den la bendición a ellos!

“Tu bendición papá” “Tu bendición mamá” Esta es la cosa que todo niño debería aprender a pedir a su padre y a su madre. 

Tengo mucho gusto de bendecir a los niños, y tú necesitas mandar aunque al sacerdote no le guste, manda al niño pedir bendiciones para el sacerdote, manda al niño buscar bendiciones en la Iglesia. 

Nuestros hijos necesitan crecer bendecidos, y el primer canal de bendición y de la gracia para los hijos son los propios padres. No dejen al niño irse a dormir un día siquiera sin bendecir, y después de crecer continúa bendiciendo, aun cuando a ellos no le gusten las bendiciones, porque ustedes son canales y fuentes de bendiciones.