17 Aug 2020

Los mandamientos son criterios objetivos para nuestra vida

¿Maestro, qué debo hacer de bueno para poseer la vida eterna? “Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos” (Mateo 19,16-17)

El camino es este, y no hay otro: Si quieres entrar en la vida y la vida en Dios, que es la vida eterna y sin fin, debes observar los mandamientos. 

Sé que muchas personas temen morir. ¿“Para dónde iré”? Para donde yo voy es el camino que voy siguiendo, y el camino de la vida es este. El maestro Jesús que está enseñando. 

Esta persona inquieta se acerca al Señor para preguntarle: ¿Cuál es el camino de la vida eterna? No hay otro camino, y no hay otros caminos. Lo que hay es desviación de ruta, de camino, y no podremos desviar. El camino de gracia y salvación son los mandamientos y las leyes de nuestro Señor Dios. 

No podremos pensar en un nivel más profundo de vida, sino hicimos lo básico, lo esencial, porque para esta persona Jesús va a enseñar un camino de perfección, que es el desapego, que es vivir enteramente con el corazón vuelto a Dios. 

¿Cómo vamos vivir el desapego y la renuncia, como vamos vivir una vida más íntima con Dios si no hicimos lo esencial? 

“La base y el cimiento son los mandamientos de la Ley del Señor Nuestro Dios”

Vivimos en una sociedad donde los mandamientos de las leyes de Dios son despreciadas, son dejadas de lado, donde mucha cosa no tiene importancia, donde el relativismo se apodera de los sentimientos y pensamientos, de modo que hacemos aquello que nos conviene, aquello que creemos que es lo correcto y está de acuerdo con lo que pensamos. 

Los mandamientos de la Ley de Dios son criterios objetivos para nuestra vida, nunca deben ser olvidados, despreciados ni relativizados. Inclusive, en nuestras casas y en nuestras familias, necesitamos reforzar la catequesis, formación y enseñanza de los mandamientos. 

Los padres deben, cada día, revisar con sus hijos; marido y mujer deben juntos mirarse en el espejo para ver la práctica de los mandamientos en la vida. Inclusive, un referencial de buena confesión, de una buena revisión de vida, cada día de  aquel examen de conciencia que tenemos que hacer antes de dormir y mirar en el espejo de  los mandamientos y no despreciar ninguno de ellos. Desde el primero “Amar a Dios sobre todas las cosas”, que es muy difícil, porque tenemos muchas cosas que amamos, adueñamos, de modo que ni siempre Dios es el primero en la escala de valores de nuestra vida, hasta el último de “No codicies lo que no te pertenece y lo que no es tuyo” 

Miremos, cada día, para los mandamientos. Si quieres subir más alto  en el grado de perfección, no podremos olvidarnos de la base y el cimiento. La base y el cimiento son los mandamientos de la Ley del Señor Nuestro Dios. 

 

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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