Cuando pasamos por situaciones difíciles, el Reino de Dios no esta lejos de nosotros; ni cuando la humanidad pasa por provocaciones extremas

Cuando nosotros escuchamos en la Palabra de Dios, hablar sobre calamidades, tiempos difíciles, terremotos y muchas alteraciones de la naturaleza, muchas veces, el temor y el recelo se apoderan de nuestro corazón. Vivimos en un mundo globalizado donde, todos los días, tenemos noticias de desastres en la naturaleza, desastres humanos, muchas situaciones calamitosas que causan en nosotros algunos miedos y pavor, causan en nuestro corazón una inquietud.

¿Qué está pasando con el mundo? ¿Es el fin del mundo? ¿Es Jesús que esta volviendo?

Es importante saber que calamidades, desastres naturales y muchas otras cosas siempre existieran, hasta que el mundo llegue en su consumación final. Cuando estas cosas suceden no es para quedar desesperados, es para encender una señal de alerta para tener atención, cuidado, para ser solidarios con aquellos que sufren delante de muchas situaciones y así por delante.

Lo más importante es lo que la Palabra de Dios está diciendo: “”El Reino de Dios está cerca”. Es decir, el Reino de Dios no esta lejos de nosotros cuando pasamos por situaciones difíciles, cuando la humanidad pasa por provocaciones extremas.

No es que Dios esta lejos de nosotros, por el contrario, Él esta cerca de nosotros cuando nos acercamos de Él. Muchas veces, hay una lectura de óptica del negativo donde toda la tragedia, todas las desgracia y cosas negativa, son señales de ausencia de Dios. En muchas situaciones faltan humanidad, cuidado con la naturaleza, respeto con las cosas creadas, falta respeto para con el propio Creador, pero Dios no esta lejos de nosotros, Él esta cerca de nosotros.

Dios es aquel que transforma el caos en gracia y nosotros, muchas veces transformamos el caos en desgracia. La gracia del Reino de Dios que esta en nuestro medio, es justamente esa: sin en la naturaleza nada se pierde, pero todo se transforma, en el Reino de Dios también es así, no perdemos ninguna situación para ver y hacer el Reino de Dios.

Transformemos las realidades, estemos atentos a la presencia de Dios, en todo lo que vemos suceder en el mundo en que vivimos.

No miremos el mundo por la óptica de la tragedia, pero por la óptica de la transformación y de la gracia, porque el Reino de Dios esta en nuestro medio.

¡Dios te bendiga!