14 Oct 2020

El amor de Dios necesita ser vivido en nuestra vida

“Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello” (Lc 11, 42).

Estamos siempre creyendo que somos personas buenas y religiosas porque cumplimos nuestros preceptos. “Yo voy a la Misa todos los domingos”; “Yo pago el diezmo”; “Rezo mi rosario”; “Hago eso en la Iglesia”; “Soy de la Liturgia”; “Canto para Dios”..

“Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios!”. No debemos dejar de cumplir nuestras practicas religiosas, quien no paga el diezmo, por favor, pague, porque es un deber religioso.

Quien no va en las celebraciones no cumple sus preceptos, sus oraciones diarias y así por delante. No voy “llover en el mojado”porque tu ya sabes cuales son nuestras obligaciones religiosas, pero no venga también con aquel discurso: “No voy a la Iglesia, no rezo, pero soy una persona buena, hago caridad para todo el mundo”. No sea hipócrita en este punto, no viva esta dualidad: hago una cosa, pero no hago otra. Necesitamos practicar una cosa sin dejar de hacer otra, porque una llena la otra. Necesitamos de la oración porque es un medio de ver incluso Dios. Necesitamos de las practicas religiosas, necesitamos pagar el diezmo porque son formas de vivir nuestra fe.

Ahora, vivimos la fe, viviendo la vida. Tu puede ser “10” en oración, pero para Dios no hay ningún valor si tu eres “0” en la acción, en practica de la justicia. Sea justo con tu prójimo, no practique jamás la injusticia con alguien. Es injusto hablar mal de los demás, por las espaldas de los demás; es injusto calumniar los demás, pensar mal de los demás, no cuidar del otra y no respetar el prójimo.

Es injusto yo tener y no me importar para quien no tiene. Es injusto quedar toda la vida centrado en mí, en mis cosas y en lo que quiero. Todo egoísmo es injusto, todo individualismo cuando la persona se vuelve para a sí y el mundo gira alrededor de ella es injusticia. Entonces, no viva enfermo después, porque tu rezas, pero no vive la justicia de Dios en su vida.

No te apartes del amor de Dios, pero no es un amor poético y romanceado, y sí el amor vivido, el amor de Dios en que me dejo ser amado por Dios, sanado y restaurado por Él y, así, voy ser la presencia de Él en la vida del otro.

No vivamos la religión solo de practicas religiosas, de oración fervorosas (que son importantes y fundamentales), pero tengamos una vida fervorosa en sernos con el prójimo, en reparar las injusticias que ya cometemos en nombre de la fe. Que el amor de Dios no sea solo poesías bíblicas, pero sea presente en nuestra vida y con ese amor amemos unos a los otros.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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