Jesús es nuestra fuente de luz y misericordia, abra su corazón

“Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. El les dijo: «Soy yo, no teman” (Jn 6, 16-21).

Los discípulos están en el mar. Ellos entraran en la barca y iban volver para Cafarnaum y necesitaban pasar para el otro lado del mar, pero ya estaba en el oscuro. Estaba todo oscuro.

Piensa que oscuridad es en el mar, pero no es ese mar el océano es un gran rio, como era ese río de Genesare, pero en el medio de aquella oscuridad de la noche, que no tiene luces naturales o las propias luces creadas por los hombres.

El miedo que la oscuridad provoca en el corazón de las personas, es el miedo que la oscuridad provoca dentro de nosotros cuando entramos para dentro de nuestro corazón y todo parece oscuro. Nosotros tenemos miedo, incluso de entrar en nuestro interior, porque vamos encontrar muchas cosas que no comprendemos, muchas luces que fueron borradas, situaciones que no fueron solucionadas y conflictos que están dilacerando dentro de nuestro interior.

Cuanta cosa oscura dentro de nosotros y preferimos quedarnos realmente en la borde de la vida y en la superficialidad de ella, porque en ella tiene una luz, aún que artificial, pero tiene. Una vez que la luz es artificial acaba que también nuestra vida se vuelve artificial, porque esta luz no es capaz de iluminar las cosas más profundas de nuestra vida.

Por eso es necesario escuchar las palabras del maestro: “No tengas miedo. Soy Yo”. Es el maestro que nos guía para las olas más profundas de nuestra vida y de nuestro corazón. ¿Para que? Para quedarnos en conflictos, no, es al revés es para vencernos los conflictos y para que sea iluminado nuestro interior, nuestra mente y muchas otras situaciones de nuestra vida que están en la zona del miedo.

¡Jesucristo quiere vencer el miedo en nuestra vida! Él quiere curarnos del miedo y de estos conflictos tortuosos que tenemos dentro de nosotros, quiere quitarnos de las vísceras y de la ansiedad que toma cuenta de nosotros y por muchas cosas mal resueltas, iluminadas y esclarecidas de nuestras propia vida. Él quiere que enfrentemos el miedo, por eso Jesús viene a nuestro encuentro.

¡Nosotros tenemos tanto miedo, incluso de Él! Que Jesús parece un fantasma, pero Él no es un fantasma es la luz que es nuestra alma y nuestro corazón necesita para salir de las obscuridades de nuestra propia vida.

¡Dios te bendiga!