28 May 2022

Hable con Dios de tu corazón por medio de la oración

“Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta” (Jn 16, 23-24).

Mira, tenemos aquí, de forma velada, el tema de la oración. Porque “pedir” es justamente entrar en dialogo con Dios, es suplicar al Padre del Cielo Sus gracias. Eso es oración. Por supuesto que la oración de petición es una de las modalidades de oración, tenemos muchas formas de rezar al Padre del Cielo: alabanza, la intercesión, la acción de gracias y también la oración de petición.

Pongámonos para rezar en la presencia de Dios no solo para pedir, tenemos muchas otras formas de entrar en comunión con Él. Pero el tema de hoy toca esta realidad de una oración de petición.

Y pedir es justamente la apertura de corazón, porque quien pide dice alguna cosa, habla del corazón, suplica por alguna gracia. Quien pide esta pasando por un momento tal vez de angustia, por un momento de tribulación; entonces, pedir es más que presentar aquella suplica a Dios, es hablar del corazón para Él, es abrirse en la presencia de Él, es poder hablar de las cosas más intimas.

Solo seria suficiente esta frase para contentarnos: el corazón que confía en quien deposita sus preces. Porque cuando pedimos – es solo parar aquí -, sabemos para quien nosotros pedimos. Esta es la alegría completa de la cual habla Jesús, la alegría de poder hablar, conversar.

La mejor cosa de la oración es sentirnos hijos, es sentir que somos mirados por Dios

Tu seguramente ya has hecho esta experiencia. Ya has hablado con un amigo, tu ya has hablado con tu padre, con tu madre, con tu hermano, con una persona cercana, con un sacerdote. Tu ya has hecho esta experiencia de abrir tu corazón, y estarás de acuerdo conmigo que, muchas veces, nosotros ni necesitamos ni tuvimos la necesidad de una respuesta de esta persona, esta persona ni necesita hablar lo que deberíamos hacer, pero era solo escucharnos.

Entonces, el Padre del Cielo se pone justamente en este contexto, por eso que la mejor descubierta de la oración es el amor de Dios, es el amor de Dios que ultrapasa nuestras necesidades, que sabe todo de nosotros. La mejor cosa de la oración es sentirnos hijos, es sentir que somos mirados por Dios, sentir que somos importantes para Él, sentir que tenemos un lugar en el corazón de Él. ¡Esta es nuestra alegría!

La alegría no esta solo en la respuesta positiva que nosotros tenemos en la oración. Si la respuesta es “sí”, “¡Que maravilla!”. Si la respuesta es “no”, “¡Que maravilla!”. Si la respuesta es “espere”, “¡Que maravilla!”. Porque Él sigue siendo nuestro Padre, nuestro Padre amoroso, nuestro Padre querido y el Padre tiene siempre lo mejor para nosotros. Entonces, si la respuesta es “sí”, ese era el mejor para ti; si la respuesta es “no”, también era lo mejor para ti; si la respuesta es “espere”, es lo mejor que Dios tiene para ti.

Acoja hoy, deja tu corazón ser tomado por la alegría solo de guiarse a Dios y hablar de tu corazón para Él. 

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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