24 Apr 2021

Dejémonos transformar por la Eucaristia

“Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente. Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.” (Jn 6, 58-59).

Necesito decir que el discurso eucarístico de Jesús, la verdad eucarística traída por Él, la verdad de que es necesario alimentarse de Su Cuerpo y de Su Sangre para tener la vida, es un lenguaje dura, difícil de ser comprendida y más difícil de ser acepta y vivida.

Sé que hablando superficialmente es bonito, pero tener compromiso con la vida eucarística es solo para quien muere para que Cristo viva. Muchos de aquellos discípulos de Jesús creyeron que esta vida es dura, creyeron muy duro lo que escucharan y comenzaron a murmurar: “Eso es muy difícil”. Y Jesús fue firme: “Las palabras que vos hablo es espíritu y vida”, la carne para nada sirve, es solo para engañar, porque quien da vida es el Espíritu, por eso quien nos da vida es el Espíritu Santo; quien da vida a la Eucaristía, quien da forma a la Eucaristía es el Espíritu.

La Eucaristía renueva todas las cosas, la Eucaristía trae vida plena, eterna y con significados para nosotros

Es en el Espíritu que la Eucaristía actúa en nosotros y transforma nuestro interior, no es simplemente de una forma humana, pero para tener vida en el Espíritu es necesario tener empeño, es necesario dedicarse e inclinarse. ¡Y como es duro nosotros nos rompernos, recobrarnos, humillarnos, y bajar para que la vida de Dios este en nosotros! Por eso, muchos no estuvieran dispuestos a seguir esas enseñanzas de Jesús, y en la sinceridad de corazón dejaran, abandonaran, seguirán por otros caminos.

Aún nosotros que estamos en la vida en Dios sabemos que no es fácil, pero no es que es difícil el Reino de Dios, lo que es difícil es cedernos, rompernos el orgullo y la soberbia, es dejar nuestras vanidades, porque vida eucarística exige desdoblarse, exige empeño por una vida mística, por contemplación, por adoración, exige empeño para que muera el hombre viejo y el hombre nuevo este en nosotros.

La Eucaristía renueva todas las cosas, la Eucaristía trae vida plena, eterna y con significados para nosotros. Vida eucarística y vida de cruz, es vida de comunión con Jesús.

Es necesario romper la comunión con el mundo para vivir la comunión con la eternidad de Dios en nosotros. Tal vez no sea difícil entrar en la fila de la comunión, tal vez no sea difícil extender la mano para que el padre ponga el pan en nuestras manos. Lo que es difícil es llevar la vida eucarística, es dejarse transformar por la Eucaristía que recibimos. ¿A quién nosotros iremos? ¿Quién va dar significado a nuestra vida? Solo Él tiene palabra de vida eterna, solo Él trae significado y valor a nuestra vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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