“ Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación” (Marcos 16,15).
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Esta parte del Evangelio, hoy, en la fiesta de San Pablo, a la conversión de San Pablo (celebramos eso) nos habla mucho. Porque San Pablo fue la expresión de esta realidad, él puede, con su vida, evangelizar todos aquellos para los cuales el Señor lo enviaba.
Pero vamos mirar para la historia de san Pablo. Primer: Saulo, que iba de iglesia en iglesia persiguiendo los cristianos y, después de tu encuentro con Cristo, Pablo iba, de ciudad en ciudad, proclamando la fe en la persona de Jesús.
Miremos, Saulo ha pedido cartas para las sinagogas de Damasco, para detener los cristianos que profesaban la fe en Jesucristo; después de tu encuentro con Cristo, en tu vida, Pablo escribio – tenemos catorce cartas predicando y animando los cristianos de aquellas comunidades que él fundaba.
Saulo era de tarso, Pablo se convirtió del mundo entero. Solo estoy diciendo estas realidades paa que tu des cuenta de lo que ocurre con una persona después que ella encuentra el Cristo. después que ella se deja encontrar por el Cristo, todo que era viejo pasó, todo lo que ella estaba trayendo antes, ahora, es utilizado para el Reino de Cristo. Eso es lo que ocurre con el corazón que se deja encontrar por Él.
Conversión es cambiar la mente, es cambiar el corazón, es cambiar el rumbo de la vida
Hoy, nosotros celebramos la conversión de San Pablo, y la conversión no es simplemente cambiar de actos, cambiar comportamientos — “Yo bebía ahora no bebo más” – pero es: “Yo bebía, era un alcohólico, pero ahora bebo del cáliz del Señor”.
La conversión es asumir realmente una nueva vida, no es solo cambiar comportamientos, actitudes, cambiar de religión; conversión es cambiar la mente, es cambiar el corazón, es cambiar el rumbo de la vida, es hacer con que todo ahora pueda ganar un nuevo sentido, una nueva dirección.
Y fue eso lo que ocurre en la vida de San Pablo, antes era Saulo, pero se convirtió, por gracias de Dios, el apostol de los gentil, aquel que recurrió varias ciudades y ha basado varias comunidades.
Y, hoy, podemos tener acceso a tu patrimonio espiritual, a tu riqueza espiritual, no por cuenta de tu intelectualidad, porque él era inteligente, era un hombre versado en la Ley, era un hombre muy instruido. ¡No! Pero debido eso el mayor tesoro que Pablo tenía: su encuentro personal con Cristo. En el camino de Damasco, él ha experimentado su vida transformada por el fenómeno (Jesucristo) que puede cambiar mi vida y tu vida. No solo algunas actitudes, pero puede transformarnos por entero y convertirnos completamente para Su Reino.
Pidamos la intercesión de San Pablo, para que también convirtámonos y volvámonos de corazón, de la mente y de alma para el Señor.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
