04 Sep 2019

Cuidemos de nuestra salud emocional y espiritual

“La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos” (Lc 4, 38-39).

Quiero llamar la atención, primero, sobre haber ido llamar Jesús para que Él cuidase de la suegra de Simón

Necesitamos llamar Jesús, necesitamos llamar por aquellos que están enfermos, sufriendo, están depresivos y viviendo en la vida. Necesitamos llevar estas situaciones para la presencia de Jesús, pero necesitamos traerlo para estas personas y para nuestras propias enfermedades y situaciones que posamos en la vida.

Necesitamos cuidar de nuestra salud, primeramente, en el sentido espiritual y emocional, Necesitamos tomar los remedios, escuchar nuestros médicos, pero no podemos descuidarnos, de ninguna forma, de nuestra salud espiritual y emocional.

En los días de hoy, si una persona esta con fiebre, simplemente damos un remedio para ella. No tengo nada contra, porque también voy en farmacias, pero el problema es que estamos transformando nuestra casa en verdaderas farmacias ambulantes.

Llegamos en casa y damos cuenta que hay armarios tomados por remedios. Todo es resuelto a la base del comprimido, para cualquier dolor hay un comprimido. Sin drogas licitas, pero son drogas.

Cuidando de la raíz podemos dejar que Dios actúe en la salud de cada uno de nosotros

El remedio, la píldora, deben ser la última cosa cuando se trata de una enfermedad tan común. Si tenemos un dolor de cabeza, necesitamos buscar la causa del dolor, no podemos simplemente llenarnos de comprimido para que el dolor pase. Si tenemos constantes indisposición estomacal, necesitamos saber por que tenemos estas indisposiciones, por que nos viciamos en los remedios y vamos solucionar todo con las píldoras de la farmacia.

Si tenemos insomnio, tenemos de buscar la causa. No podemos negar que, muchas veces, las causas de nuestras enfermedades, de las fiebres que tenemos es de origen psicosomático, de origen emocional, espiritual. Si no tratamos de la emoción, si no tratamos del espíritu, es obvio que el cuerpo y el físico van padecer, y, realmente, solo va ser el remedio para tentar solucionar.

Es necesario llamar Jesús: “¿Qué esta ocurriendo con mis emociones? ¿Qué esta ocurriendo con mis enseñanzas? Jesús, se inclina sobre lo que me deja para bajo, que me da fiebre, dolor, que causa enfermedad en mi”.

Jesús bajo, se inclino, amenazo la fiebre, pues aquella indisposición, aquel dolor corporal y emocional que la suegra de Pedro sentía no la dejaba servir ni cuidar de los suyos. Cuando Jesús amenazó la fiebre, luego pasó. Trajeron para Él, entonces, muchos otros enfermos, Jesús rezaba por ellos.

Recemos, clamemos para Jesús darnos luz sobre nuestras enfermedades y patologías. Busquemos la raíz de aquello que nos deja tan enfermos, porque cuidando de la raíz podemos dejar que Dios actúe en la salud de cada uno de nosotros.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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