05 Dec 2018

Cuidemos de aquellos que están padeciendo de hambre

Miremos para el mundo en que estamos, donde muchos padecen, sea por la hambre de la Palabra de Dios, sea por la hambre de alimento

“Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de esta gente, pues hace ya tres días que me siguen y no tienen comida. Y no quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se desmayen en el camino” (Mateo 15, 32).

Jesús tiene compasión del ser humano, Él tiene compasión y misericordia de nuestra humanidad y, por eso, Él, primero, nos alimenta por dentro. Alimenta nuestro interior, nuestra alma, nos alimenta con el pan de la Palabra. Y, la Palabra de Él, llegando a nuestro corazón, llena aquel vacío, aquella sed y hambre de eternidad que todos nosotros sentimos. Jesús tiene compasión de nuestra alma debilitada que, muchas veces, esta desanimada, sin aliento y sin gusto.

Todo ser humano necesita alimentarse, necesita cuidar de sus necesidades fundamentales y, una de ellas, no tiene dudas, es de alimentarse bien. Por eso, Él tuvo compasión de aquel pueblo que Lo escuchaba y no tenía alimento para comer. Él llamo los discípulos y manifestó su preocupación. “¿Qué vamos hacer con esta persona? No podemos pedirle para que se vaya”. La orden de Dios para nosotros es esta: no mandemos nadie irse con hambre. Que nadie salga de nuestra frente, de nuestra vista y de nuestra vida con hambre de Dios y tampoco de alimento.

Miremos para el mundo en que estamos, donde muchos padecen, sean por el hambre de la Palabra de Dios, sea por la hambre de alimento. La iglesia de Dios no tiene una forma pequeña y ni reducida, cuanto más egoísta de ver el ser humano. Ella ve Dios a los corazones, pero necesitamos despertar, en el corazón de los que escuchan la Palabra de Dios, el cuidado y la atención para con los más pobres, más necesitados y sufridos.

No haga una evangelización por la mitad, no te preocupes en sólo llevar la Palabra. Lleve la Palabra, evangelice por la Palabra, proclame la Palabra pero lleve el pan, el alimento, lleve lo que el otro esta necesitando para alimentar sus necesidades básicas y fundamentales, incluso, para vivir y sobrevivir.

Que nadie pase hambre y ni necesidades, que nadie viva a nuestro lado porque no prestamos atención a sus necesidades fundamentales de supervivencia.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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