09 Feb 2022

Cristo quiere purificar tu corazón

“El les dijo: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?”. Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. Luego agregó: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino” (Mc 7, 18.20-22).

Jesús es el diagnosis, y esta palabra significa: conocedor de los corazones. Jesús, hoy, quiere entrar en la casa de nuestro corazón para convertirnos puros, pero a partir de dentro, no apartir de fuera. El texto sigue aquella misma temática que hablabamos ayer sobre los rituales de purificación que los maestros de la Ley y los fariseos estaban acostumbrados a hacer. Vamos dejar Jesús entrar y ver lo que tiene dentro de nosotros.

Muchas cosas están dentro de nosotros, algunas cosas están poniendo enfermo nuestra relación con Dios, nuestra relación con los demás y nuestra relación con nosotros mismo. ¡Vamos dejar que Jesús mire dentro de nosotros! No nos ocultemos, porque Jesús es conocedor de los corazones, Él sabe lo que esta en mí y lo que esta en ti.

Jesús quiere entrar en la casa de nuestro corazón para convertirnos puros, pero apartir de dentro

Cuando miramos para ese texto, también queremos ver dentro de nosotros se existen estas realidades que deja nuestro corazón enfermos. Miremos: Malas intenciones: ¿Qué, de hecho, mi corazón quiere? ¿Que, de hecho, tu corazón desea? Inmoralidades: ¿Qué hiere la lógica del Creador? ¿Qué hiere el principio del Creador? Robar: ¿Qué hiere el otro en sus posesiones? Lo que no es mio, que no tengo el derecho de tomar de estas cosas. Asesinatos: ¿Qué hiere la vida del otro? o ¿qué hiere la integridad total y plena del otro? Adulterios: que hiere el otro lado de la alianza (la alianza hecha de dos personas). ¿Qué hiere esta otra persona? Ambiciones: querer tener más de lo que necesito. Maldades: desear mismo el mal para alguien. Fraudes: ojo gordo, envidia de lo que el otro tiene. Falta de juicio, es decir, no saber separar el bien del mal.

Mira, aquí, un examen profundo de corazón, un examen detallado del corazón que, muchas veces, no va salir en estos exámenes de corazón tradicional, va salir cuando yo y tu nos ponemos delante de Jesús, porque eso aquí toca nuestra vida de santidad, eso aquí toca realidades interiores que, muchas veces, nosotros ocultamos, no detectamos, porque no queremos ver, no queremos tocar en estas realidades que están dejando nuestro corazón enfermo. Pero, hoy, Jesús, el diagnosis, el conocedor de los corazones, quiere mirar para mí y para ti y ayudarnos a reconocer estas realidades dentro de nosotros, para que nuestro corazón vuelva nuevamente a la vida, vuelva a pulsar en el ritmo de la santidad, para que Dios sea glorificado en nuestras vidas.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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