“Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 20).
Miremos, hoy, para José, ese hombre justo, temente a Dios, un verdadero hombre de Dios. Es importante comprendernos que ni José comprendió lo que Dios realizara en María, por fin, ella estaba prometida en matrimonio a él, pero, antes de eso, María quedo embarazada por obra y por acción del Espíritu Santo. ¡Humanamente, como podemos comprender, si no sometemos a esta acción maravillosa de Dios en Su sierva, a Virgen María!
Muchas veces, no comprendemos los designios de Dios, la acción de Dios, Su mano y gracia. Muchas veces, quedamos incluso perdidos delante de los acontecimientos y de los hechos que no comprendemos, que no entendemos. Es necesario, aquí, la sumisión en la oración y en el silencio de la escucha. ¿Qué hacer? Pongámonos en las manos de Dios, dejar que Su sabiduria, que Su luz y Su Espíritu Santo nos lleven a la comprensión, para que no seamos llevados por el sentimientos del corazón, los cuales, muchas veces, son sentimientos y pensamientos equivocados.
La relación de María con la Trinidad, con Dios Uno y Trino, es plena. Ella se convierte toda de Dios en su humanidad
Reza con nosotros:
.:3º Día de la Novena de Navidad
Si somos personas orgullosas y soberbias, es aún más difícil comprendernos la verdad, porque nosotros dejamos llevar por los pensamientos que viene a nuestra mente.
José somete su pensamiento y su corazón a la acción divina; y la acción divina por medio de un sueño, por medio del Ángel del Señor, se manifiesta a José y revela la verdad que él no conocía. La primera cosa: “José, no tengas miedo de recibir María”. El miedo se apoderó de aquel hombre que vio su esposa embarazada, pero no por acción de él. ¿Cómo comprender eso? La gracia de Dios, que fue única en la vida de María, es ahora la gracia de Dios que también trae la sabiduria a José. “José, es por acción del Espíritu Santo que ella concibió, es por la acción del Espíritu Santo que ella embarazo”. Por eso, todo el miedo, recelo y toda aflicción que tomaban cuenta del corazón de José son, ahora, tomados por la gracia del Señor que ilumina y direcciona su corazón.
Hasta hoy, muchos hermanos, incluso cristianos, no comprenden lo que Dios realizo en María. Lo que en ella se realizo no se realizo en criatura humana alguna. Ella es bendita entre todas las mujeres, porque la hija del Padre fue tomada por el Espíritu Santo de Dios como esposa, y en ella engendró Jesús, nuestro Salvador.
La relación de María con la Trinidad, con Dios Uno y Trino es plena, ella se convierte toda de Dios en su humanidad. Por eso, lo que en ella se realiza es sublime y divino. Es necesario someterse a Dios para poder contemplar lo que Él realiza en esta mujer elegida entre todas.
¡Dios te bendiga!
