28 Sep 2022

Confía al Señor la seguridad de tu vida

“Y dijo a otro: Sígueme. El respondió: Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre. Pero Jesús le respondió: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios” (Lucas 9, 59-60).

Jesús, que esta en el camino para hacer la voluntad del Padre, que esta en el camino de Jerusalen, estaba allí con Sus discípulos; y otros quisieron seguir a Nuestro Señor, otros quisieron seguir el Señor.

Y nosotros escuchamos en el Evangelio, esta pasaje que he leído para ti, de alguien que quería primero, enterrar su padre. Y Jesús fue duro, Él parecía duro, parecía incluso sin corazón, pero, ¿cómo él ni podía enterrar el padre? ¡Acalmate! Aquí, “enterrar el padre” significaba que el padre aún estaba vivo y que él solo seguiría el Señor después que el padre estuviera muerto. Era eso que estaba ocurriendo, es decir, no era para aplazar el seguimiento a Él, era necesario seguir a Él y listo, y anunciar el Reino, como nosotros escuchamos aquí. “Mira, deja que los muertos enterren los muertos. Tu vienes, sigueme y anunciar la buena nueva”.

Mis hermanos, Nuestro Señor desea una prontitud para nosotros, para seguir a Él. Después, en este Evangelio, el Señor presento otros casos también. El caso de alguien que se puso a disposición para seguir el Señor, pero Él dijo: “Mira, pero las zorra tiene guaridas, los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.

Que el Señor nos ayude a dar eses pasos: la seguridad es Él; desapego de la familia, entonces, amor a Él

Y, después, la otra situación que fue presentada: alguien que se puso a disposición, pero el Señor dijo: “Mira, pero quien pone la mano en el arado, no puede mirar para tras”. Estas situaciones de seguimiento que Nuestro Señor presento, fue para dejar claro el siguiente: “Mira, no tengo seguridad y no ofrezco seguridad mundana no”.

Por eso, el Señor dijo: “Las zorras tienen guarida y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. Jesús estaba diciendo aquí, en otras palabras: “No espera seguridades humanas porque mi seguridad es el Padre”; y que tu seguridad sea también el Padre!

En la segunda situación, Jesús estaba dejando claro, aquí, que era para haber un desapego de la familia: “Dejen que los muertos entierren los muertos”. Y, en la tercera situación, el objetivo en agradar a Dios; “Quien pone la mano en el arado, no puede mirar para trás”, y quien trabaja con agricultura y utiliza el arado – antiguamente se usaba el arado —, es eso, no puede perder la atención, tiene que tener objetivo. El objetivo nuestro es Jesús, es hacer la voluntad de Él.

Que el Señor nos ayude dar pasos: la seguridad es Él; desapego de la familia, entonces, amor a Él, aún más sobre todas las cosas; y objetivo en agradar a Él.

Que el Señor nos ayude a hacer ese camino de desapego, de fijar en Él y de agradar a Él en todo.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Márcio Prado

Sacerdote da Comunidade Canção Nova.

Pai das Misericórdias

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