06 Jan 2018

Busquemos la gracia del Espíritu Santo todos los días

Vamos ser inmerso en el Espíritu Santo y buscaremos la gracia del Espíritu Santo todos los días

Juan proclamaba este mensaje: Detrás de mí viene uno con más poder que yo. Yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias, aunque fuera arrodillándome ante él. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará en el Espíritu Santo” (Mc 1, 7-8).

Juan Bautista es una siete maravillosa que nos apunta para Jesús, es Aquel que nos prepara para acoger, recibir y abrazar nuestro Maestro Jesús.

Si en este año, tenemos el firme propósito de conocer Jesús, sepamos que, cuando nosotros lo conocemos, somos transformados por Él, además de eso, Juan nos esta diciendo algo muy importante acerca de Jesús.

¿Quién es Jesús? ¿Es Aquel que nos bautiza con el Espíritu Santo. Mira, Juan Bautista bautizo con agua, siendo menor, lavando, purificando los pecados. Fue así que él hace las márgenes del río Jordán y, es así que somos, también, bautizados.

El bautismo que Cristo nos trae, nos da la dimensión plena de la gracia; nosotros no solo somos lavados, purificados, renovados de nuestros pecados, es decir, renovados de la vida vieja para abrazar la vida nueva, somos renovados en el Espíritu. Juan no conocía la acción del Espíritu, pero eso no quiere decir que Él no actúa, sin embargo, con el bautismo de Cristo somos inmersos en el Espíritu Santo, en ese bautismo Dios nos concede un otra dimensión del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es don y gracia de Dios, es Dios en nosotros; el mismo Dios que esta en mí y en ti. Si tomamos consciencia de esta gracia, de este don sublime, buscaremos todos los días ser bautizados. Algunos pueden decir: “Yo fui bautizado un día”, aquel día fue único, insustituible, nadie es bautizado mas de una vez. Pero, cuando decimos: “Yo quiero ser bautizado todos los días”, seremos inmersos en el Espíritu Santo y buscaremos la gracia del Espíritu Santo todos los días.

Si tiene una gracia del la que no podemos renunciar, es la gracia del Espíritu Santo en nuestra vida, de la unción, del ardor, de la conducción del Espíritu; la gracia de vivir en el Espíritu. Podemos poseerla, pero podemos si no vivimos en Él ignorar Su presencia y podemos no llevar en serio el Espíritu que esta en nosotros.

Miremos para la inmensidad de bautizados que hay en el mundo, y mientras en el mundo una sequedad de la gracia de Dios, la sequedad de la gracia del Espíritu. El Espíritu que esta en nosotros, que esta en cada bautizado, necesita ser revitalizado y fuerte a cada día de nuestra vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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