08 Apr 2020

Utilicemos el dinero para construir un mundo mejor

“¿Cuánto me darán si se lo entrego? Ellos prometieron darle treinta monedas de plata. Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo” (Mt 26, 15-16).

La pregunta que Judas hace es una de las preguntas más crueles, además, es la pregunta que esta en el corazón de cada uno de nosotros, dependiendo de las circunstancia de la vida: “¿Cuánto me darán si se lo entrego?”.

¡Todo en la vida tiene un precio! Y el precio, el retorno, el pago es con el dios de este mundo, el “dios dinero”. Por todo se cobra, y, por todo, facilmente se vende. Hay quien venda la propia vida, la dignidad, hay quien se venda para los bienes de este mundo, a quien se venda para el consumismo de ese mundo, a quien se venda y hay quien se compre.

Hay quien viva de comprar los demás con lo que tiene, porque el dinero es seductor, engañados, él ilude, perverte, seduce, prende, amarra, agarra y nos mantiene cautivos a él. A veces, tu esta en la casa de Dios rezando y el dinero están corriendo en la cabeza. Tu esta haciendo tus cosas y allí esta en las cuentas, los bienes, lo que va entrarm lo que va ganar. La pregunta que siempre hacen un al otro: “¿Qué voy ganar con eso?”.

Queremos siempre ganar más, tener más, esta es la situación perversa que entro en el corazón de Judas. La tentación de tener él ya tenía porque cuidaba del dinero del grupo.

El dinero es para convertir el mundo mejor y hacernos personas mejores

Quien tiene nunca se contenta con lo que tiene porque es poseído por lo que tiene. Necesitamos, en realidad, administrar lo que es puesto en nuestras manos, pero si nos dejamos mover por la codicia y por la avaricia que son deseos perversos que invaden el alma para siempre pensar en poseer más, ganar más, tener más y el dinero toman cuenta de la cabeza y del corazón, vamos ser rehenes como Judas también fue.

Trabajemos, ganemos honestamente nuestro salario, que tengamos siempre éxito en la vida incluso, éxito financiero, pero jamás nos convertimos esclavos del dios de este mundo, que se llama dinero.

El dinero no es para comprar ni para vender personas, el dinero es para construir vidas más dignas, más humanas; el dinero es para convertir el mundo mejor y hacernos personas mejores.

Cuantas personas perderán la dignidad, el carácter, la simplicidad, los valores fundamentales que aprenderán en el seno de su casa porque se dejaran llevar por el dinero, por la vanidad que acompaña el poseer dinero. Otros, aún no teniéndolo, viven enfermedades que promueve del deseo de tenerlo. La enfermedad de la codicia, del desenfrenado, la enfermedad de solo pensar en tener, la enfermedad del consumismo. Los sentimientos se convierten desordenados y la vida se convierte ansiosa.

El dinero es el tentador de ese mundo. Que no seamos seducidos por él como Judas fue, pero utilicemos como don para construir un mundo mejor.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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