25 Aug 2020

Utilicemos la religión para cuidar del prójimo 

“Pagas el diezmo de menta, hinojo y comino, y dejas de lado las enseñanzas más importantes de la Ley, como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debes practicar esto, pero sin dejar eso ”(Mateo 23, 23). 

Los fariseos están juntando-se a los Maestros de las leyes, y formando, de hecho, una tropa de hipocresía. Cuidado mis hermanos porque no vivimos la Religión de la hipocresía, porque esta es una tentación, es el gran peligro que podremos vivir en nuestra experiencia religiosa, ser personas que son portadoras de símbolos religiosos, que hablan de Dios para todos. 

Tenemos aros con nombre de Jesús, con la Virgen Maria, hasta mismo usamos blusa, tenemos Tau, una Cruz, como la del sacerdote, algunos utilizan hasta mismo un mayor, y hoy se usa velo. Ni voy a mirar para estas prácticas, porque para mi ellas pueden decir todo, pero al mismo tiempo nada. 

Los fariseos usaban ropas largas e importantes, llamaban la atención por la forma de vestirse. Y llamaban atención por aquello que quería hacer, religiosamente hablando, porque no perdía nada de los cultos de las sinagogas, era los primeros a llegar, pagaban el diezmo hasta un poco más, de la menta y todo más. Sin embargo, las más importante las dejaban a un lado: La justicia, la misericordia y la fidelidad. 

Jamás utilice la religión para sobreponerse al otro, pero sí para cuidar del otro

Tenga mucha atención, no es para dejarnos de hacer las cosas prácticas: pagar el diezmo, ir al culto religioso … A personas que también desprecian eso. “No voy a la Iglesia, pero soy mejor de quien vá”. Está errado también. La cuestión es que, necesitamos ir, pero tenemos que cumplir lo que escuchamos allá. Hasta ahora las personas allá no cumplen, el problema es de ellas, pero nosotros necesitamos. 

No podemos de ninguna manera dejar de lado el amor y la fidelidad a Dios y practicar la justicia y la misericordia. Seamos justos, porque ser justos es el signo de la sabiduría humana con la gracia de Dios. Nunca cometemos injusticias con nuestro hermano, nunca decimos lo que no es, nunca mostramos respeto por las personas, nunca dejamos a alguien desamparado, desamparado o descuidado. Nunca usemos la religión para anular al otro, sino usémosla para cuidar al otro.

La religión nos hace personas misericordiosas y bondadosas con nuestros hermanos, la misericordia de ejercer el perdón, de no juzgar ni condenar. De nada sirve vivir en las redes sociales ensalzando el nombre del Señor, pero no utilizarlas, ni nuestras conversaciones cotidianas, para ejercer el perdón, la misericordia y la reconciliación entre nosotros.

Tengamos cuidado, porque estamos transformando nuestra religión en una religión farisaica, de preceptos y dogmas, y no estamos viviendo la religión de la justicia, la misericordia y el amor a Dios.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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