08 Mar 2020

Transfiguremos nuestras realidades con la presencia del Señor

“Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz” (Mt 17, 1-2)

En este domingo de la transfiguración, Jesús esta nos guiando en nuestro camino cuaresmal a Su encuentro, al encuentro de la luz, de la gracia y del amor de Dios que hace brillar nuestra alma de la forma como Dios creo. Para eso, es necesario salir de donde estamos para ser guiados a la presencia de Él.

Necesitamos ir en lugar diferente, es decir, necesitamos apartarnos de lo que acostumbramos hacer y donde acostumbramos estar, porque, si no nos retirarnos, no encontraremos el Señor y, en nuestra vida, no brilla a la gracia que Dios quiere darnos.

Ir a un lugar diferente es retirarse de las ocupaciones cotidianas, es dejar de lado el trabajo, lo que nos llena en el día a día, es tener la coraje de pasar un tiempo sin celular en la mano, sin la televisión conectada. Es tener la coraje desnudar de todo que nos amarra (personas, situaciones).

Todos nosotros necesitamos tener ese tiempo de retirarnos. O retirarnos para estar solos con el Señor o la vida va quitando de nosotros lo que es más esencial y fundamental.

Sé que muchos de nosotros tenemos responsabilidades y creemos imposible salir de ellas. Si tu eres padre, madre y tiene niños pequeño, tiene obligaciones y compromisos.

Estamos quedando cada vez más ansiosos, nerviosos, pero necesitamos retirarnos y dar tiempo al tiempo. Madres, cogen las madres, deje el padre cuidar de ellas y retirarse para estar en la presencia del Señor.

No sé por cuanto tiempo tu puedes y consigues, pero cuanto más tiempo tu das para aquellos que es esencial, pero va ver la gracia de Dios resplandecer en ti.

¿Por que necesitamos salir para encontrar el Señor? Para que Él pueda sanar nuestros sentidos, a comenzar por nuestros ojos. No estamos viendo Dios en nuestro medio, no estamos viendo la gracia de Él en nosotros. Estamos mirando las cosas solo con nuestra mirada humana y terreno.

Es necesario salir de donde estamos para ser guiados a la presencia del Señor

¡Como nuestra humanidad esta herida y dañada! Si ella no es transfigurada, seguimos nos haciendo heridas. Necesitamos transfigurar las realidades con la presencia de Dios en nuestro medio, y para eso nuestros ojos necesitan llenarse de la gracia de Él.

Necesitamos transfigurar nuestros oídos para escuchar, porque escuchamos muchos a nosotros, nuestras necesidades, nuestro orgullo y los ruidos del mundo que están gritando dentro de nosotros. Necesitamos callar lo que hace ruido en nosotros para escuchar el Señor.

Necesitamos purificar nuestra lengua, que dijo muchas cosas impropias, cosas que son frutos del corazón que esta dañado. Una vez que ese corazón fue transfigurado, la lengua proclamara y va decir la verdad, proclamara el Reino de Dios donde nosotros hicimos presentes.

Contemplemos la gloria del Señor nos retirando del mundo para ponernos en la presencia de Él por la vía de la oración, especialmente, en la oración silenciosa, contemplativa y meditativo.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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