07 Mar 2021

Tengamos cuidado por la Casa de Dios

“Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas” (Jn 2, 15).

El Tiemplo, en Jerusalén, ocupa un lugar central en relación amorosa de los judíos con el Señor, de la relación del pueblo de Dios con el Señor Nuestro Dios. El Tiemplo es el lugar del encuentro, y allí judíos de todas las partes de Israel y de fuera también viene para prestaren culto al Señor.

¡Que trágico! El lugar del encuentro con Dios, esta quedando como una casa de comercio, una casa de negocios, y allí se encuentra de todo: la exploración comercial y material; se encuentra la exaltación de “dios dinero” en detrimento del Dios del amor y de la misericordia. Las personas van para encontrarse con Dios, pero lo que encuentran es, en realidad, una casa de comercio, por fin, la casa de Dios con descuido y despreciada por aquellos que deberían cuidar del Templo.

El cuidado de Jesús por la Casa del Padre consomé Su corazón. El cuidado de Jesús por la Casa del Padre lleva Jesús a expulsar de la casa del Padre lo que no es del Padre, lo que no es de Dios, lo que es engañoso y hace de la religión un punto de exploración para tus intereses.

No destruyamos el Templo, Casa de Dios, ni el templo que nosotros somos, el lugar de la morada de Dios

Es necesario para y reflexionar. Primero, ¿qué estamos buscando en la casa de Dios? ¿qué hacemos de la Casa de Dios, como el lugar de nuestro encuentro con Dios? ¿Estamos verdaderamente encontrándonos con Dios o estamos transformando nuestra relación con Él en relación de peleas, conflictos personales, intereses comerciales y muchos otros intereses?

El lugar del encuentro con Dios es, por encima de todo, el lugar de la comunión con Dios, el lugar de oración. A veces, es difícil rezar en nuestras iglesias, son lugares ruidosos, lugares de confusiones y disputas. Es difícil encontrarnos ambientes donde el alma pueda estar verdaderamente en la presencia de Dios.

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Aquí, hay otra cosa importante, cuando Jesús dijo aquellos que son jefes del templo: “Ustedes pueden incluso destruir ese Templo, pero en tres días yo levantaré”: Por supuesto que quien no tiene intimidad con Dios, no entiende el lenguaje de Dios. Jesús se refiere a Su Cuerpo porque Él es el Templo vivo, el lugar de la morada de Dios. Los hombres pueden destruirlo, como mataran Jesús, pero el Padre resucito y levanto a Él.

Que podamos entrar en el Templo para adorar, alabar y sernos levantados por Dios. NO destruyamos el Templo, Casa de Dios, ni el templo que nosotros somos, el lugar de la morada de Dios.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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