10 Nov 2018

Servir al dinero nos aparta de la presencia del Señor

Nadie puede servir a Dios y al dinero, si queremos servir a Dios vamos poner el dinero en su lugar

“Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No puede servir a Dios y al Dinero” (Lucas 16, 13).

La gran lógica del mundo en el cual vivimos es la de servir a dios de este mundo. El mayor pecado de la humanidad aún consiste en la idolatría. Y, sabemos que idolatría es, de hecho, crear ídolos y ellos ocupan el lugar de Dios. ¡Por eso, toda y cualquier idolatría es pecado!

El mundo moderno tiene su propio ídolo: el “dios mercado”. El dios mercado es servido por el dios de dinero y somos esclavos de esta idolatría que se tiene por el dinero. ¿Por que el corazón se convierte esclavo y dependiente económicamente de dinero? Hacemos todo para conseguirlo y, cuando yo digo “todo”, estoy refiriendo a las situaciones humillantes y degradantes que muchos viven por causa del dinero. Hay personas que se venden; que se ofrecen de varias maneras para obtener beneficios y ventajas.

Muchas veces, hay lucros exorbitantes sobre la miseria de los demás. ¡El dinero es un mal jefe, él es un dios terrible!

Necesitamos del dinero para que nuestra vida sea mejor cuidada, pero necesitamos cuidar del dinero y no dejarlo cuidar de nosotros. No podemos dejar el dinero mandar en lo que realizamos.

Para una familia estar ajustada, ella necesita estar, económicamente, ajustada. Pero el problema no es tener o no dinero. Yo conozco muchas personas que tiene mucho dinero, pero el desajuste es total. También, conozco familias que con poco dinero consiguen hacer las cosas con equilibrio. El problema es la forma con el dinero domina.

Quien mucho tiene, mucho es dominado. Pero, si tu, aun teniendo mucho, sabe dominar lo que tiene; tu tiene, también, la vida justa, bajo control y no se mira a partir de dinero, y sí a partir de sus valores.

Nadie puede servir a Dios y al dinero. Si queremos servir a Dios vamos poner el dinero en el lugar de él, pero si queremos servir al dinero, Dios quedará en un lugar bajo. Muchas veces, las personas quieren comprar incluso a Dios, las personas quieren tener sus lugares en la Iglesia a partir del dinero que tiene o de lo que tiene. No puede el dinero mandar en las relaciones humanas y tampoco en la relación con Dios.

Dios, quiere sobre todas las cosas, sobre el dinero, esté primero nuestro amor.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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