01 Dec 2021

Cuidemos de la hambre de los necesitados

“Siento compasión de esta gente, pues hace ya tres días que me siguen y no tienen comida. Y no quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se desmayen en el camino” (Mt 15, 32).

Jesús esta cuidando de nosotros, Él se preocupa con nosotros, Él se preocupa con nuestra humanidad, con nuestros sufrimientos, con nuestros dolores, con nuestras enfermedades, con nuestra hambre; y cuando hablo “con nosotros”, es porque Dios se preocupa con cada uno de nosotros. y así como Jesús cuido de los enfermos que llevaran hasta Él – los ciegos, los cojos, los imperfectos, los mudos y todos los enfermos -, Él miro para la multitud que escuchaba Su Palabra y llevo a las multitudes el Pan de la Palabra, pero Jesús se preocupo con la humanidad que padece, que estaba con hambre y dijo: “Y no quiero despedirlos en ayunas”.

Necesitamos cuidar unos de los otros, no podemos ser indiferentes a ningún sufrimientos, a ninguna enfermedad, no podemos ser indiferentes a nadie que pasa hambre, porque así no estamos siendo verdaderamente seguidores de Cristo Jesús. Hay personas que se acercan de Jesús solo para ser saciadas, para cuidar de sus necesidades y de sus carencias, y Jesús cuida, bendice, liberta y restaura.

Dios hace milagros con todo lo que tengo porque abro mi corazón para compartir con el hambre y con la necesidad del otro

Jesús cuida de nosotros para que cuidemos unos de los otros, porque es contra testimonio tener lo que tenemos, tener la saluda que tenemos, las gracias que tenemos y, muchas veces, incluso conforto material, pero ignoramos los sufrimientos de muchas personas. Algunas incluso reconocer: “Porque Dios me dio eso”, “Porque Dios me dio aquello”. ¿I tu tienes, ya has reparado en los que no tiene? Y peor aún es quien tiene más, tiene salud, tiene eso y aquello, pero aún reclama de lo que tiene, porque siempre quiere más. Por eso, de nuestra conversión, nuestro trabajo de conversión interior, necesitamos tener algunas contiendas, y el primer de ellos es no reclamar de la vida, no la transformamos en un mar de quejas y reclamaciones, pero reconocemos la gracia de Dios que esta en nosotros, sernos agradecidos, alabar, bendecir a Dios.

Cuando Jesús cogio los siente panes y los peces que tenían, Él dio gracias, Él alabo. No sé si tu tiene solo algunos peces, no sé si tu tiene carne en la heladera, no sé decir cuantos panes tu tienes en tu casa, no se si tu enseña los tuyos a dar gracias. Veo chicos, a veces, tirando pan fuera, comiendo un trozo de pan y despreciando el resto. Lo que menos vemos en nuestras familias es dar gracias, es levantar las manos para el cielo y decir: “Gracias, Señor!”. Quien da gracias comparte lo que tiene, quien no da gracias esta siempre reclamando incluso lo que tiene.

Necesitamos convertirnos para cuidar, necesitamos convertirnos para repartir lo que tenemos; y no importa lo que tienes, puede ser que sea solo siete panes o menos, algunos peces, Jesús hizo el milagro de compartir. Cuando doy gracias, Dios hace milagros con todo lo que tengo, porque abro mi corazón para compartir con el dolor, con la hambre, con el sufrimiento y la necesidad del otro.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.