13 Jan 2019

Renovemos la gracia de nuestro bautismo

Que podamos estar inflamados por el fuego del Espíritu que nos fue conferido por la gracia de nuestro bautismo

“Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego” (Lucas 3, 16).

Hoy, celebramos la Fiesta del Bautismo de Jesús. Él se sometió a ser bautizado por Juan en las guas del rio Jordán. El propio Juan esta diciendo que Aquel que viene después de él – y quien viene después de él es Jesús -, es quien nos bautizara en el Espíritu Santo y en el fuego.

Estas dos gracias son importantes para meditarnos en el día de hoy, porque, en la fiesta del bautismo de Jesús, también celebramos nuestro bautismo. Todos nosotros fuimos bautizado en Cristo Jesús y por Él fuimos incorporados a Dios. ¡Que gracia maravillosa nos concedió nuestro bautismo!

¿Cuál es el día que fuiste bautizado? Busque saber el día de tu bautismo, haga de este día un momento para celebrar, y más que recordar que en aquel día tu has sido llevado para pila bautismal, haga tu bautismo ocurrir todos los días de tu vida.

Cuando vamos a las iglesias y capillas, acostumbramos frecuentar el sagrario y ponernos delante de él, nos ponemos delante de las imágenes de los santos y de la cruz, pero no dejemos de ir baptisterio y renovemos la gracia del bautismo, y cada vez que así lo hacemos, invoquemos, primero, la gracia de ser hombres y mujeres de Espíritu, porque en el Espíritu Santo fuimos bautizados.

El Espíritu en nosotros nos ha conferido la unción de la gracia, la unción divina. Dios esta en nosotros, enviando y ungiéndonos para hacer Su voluntad. Necesitamos de esta unción para vivir en Dios, para proclamarnos la vida en Él, para anunciarnos Su reino y no ser tomados por la fuerza de este mundo.

Otra gracia que el bautismo nos ha conferido es el fuego del Espíritu, el fuego que quema e impele, que nos levanta y manda delante, el fuego que quema los males pensamientos y sentimientos, el fuego de la gracia.

Vamos estar inflamados por el fuego del Espíritu, que nos fue conferido por la gracia de nuestro bautismo. Yo renuevo, hoy, delante del baptisterio, la gracia de mi bautismo. Yo quiero vivir, en este mundo, como un bautizado, porque, en aquel día de la gracia, fuimos ungidos por el Espíritu, y la gracia de la unción divina cayo sobre nosotros.

Vivamos, en este mundo, como bautizados. Esta es la invitación que la fiesta del bautismo de Jesús hace a todos nosotros.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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