23 Feb 2022

Que la gracia de Dios pueda abrir tu corazón

“Juan le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros”. Pero Jesús les dijo: “No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros” (Mc 9, 38-40).

El texto de hoy comienza con el clásico “nosotros”. Acabaran de discutir quien era el mayor. ¿Te recuerdas cuando Jesús estaba lejos de los discípulos? Ellos comienzan a hablar entre ellos y a discutir quien era el mayor del grupo. Ahora, ellos traen los anhelos personales para el grupo de los Doce.

Peligro de un liderazgo corrompido es, justamente, corromper los demás. Tenemos aquella vieja reflexión: “Una manzana podrida estropea todas las demás”, entonces, en el corazón de los discípulos, comienza a existir estas realidades, y Jesús quiere llamar no solo la atención de ellos, pero la atención de cada uno de nosotros.

Ellos dicen: “Hemos visto una persona que expulsa demonios en tu nombre”, ellos están ahora en un grupo cerrado, ahora parece el “hemos visto”, no es más una realidad personal, pero es el grupo. Es interesante que si hemos visto uno que esta fuera y expulsa demonios en el nombre del Señor, quiero decir que alguien quedo de fuera, quiere decir que, en este grupo selecto, ese alguien expulsa demonios, pero esta fuera de grupo de los discípulos. Un peligro contra el mal de la acepción de personas, nuestra forma de excluir aquellos que piensan distinto, aquellos que tienen una forma distinta de ver la vida.

Jesús da esta advertencia a Sus discípulos: “Quien no es contra nosotros es nuestro favor”, para exhortar el corazón de ellos y nuestro corazón del peligro del encerramiento

Ese alguien expulsa demonios porque ellos no fueron capaces de expulsar ni siquiera un demonio. Tu recuerdas que, en el texto anterior, fue presentando una situación de un niño que estaba poseída por un demonios y los discípulos no fueron capaces de expulsar aquel demonio (ya reflexionamos sobre eso). Por eso, comienza la envidia del bien que no soy capaz de hacer, pero la otra persona es capaz de hacer.

Mira hasta que punto los discípulos retroceden, vuelven hacia tras: Cain y Abel. Caín que mato tu hermano por envidia por aquello que era la vida de Abel. ¡Mira en que nível los discípulos regresan!

Tenemos que convertirnos hermanos unos de los otros, porque no nacemos con esta realidad ya lista y acabada. Mismo aquellos dos que eran hermanos de sangre, Cain y Abel, ellos necesitaban haber convertido, de hecho, hermanos. Por eso, esta advertencia de Jesús habla sobre nuestra unidad, la unidad dentro de la Iglesia, la unidad de los corazones, la comunión de los corazones.

Tres de nuestros grandes problemas: querer delimitar la acción de Dios, eliminar que son los supuestos concurrentes y el orgullo colectivo, aquella manía nuestra del localismo y de referencialismo de sí mismo. De limitar la acción de Dios, pensar que Dios actúa solo aquí, que Él es nuestra realidad, como nosotros pensamos. Eliminar el otro, los discípulos dicen: “Nosotros lo prohibimos”, querer quitar la otra persona de cerca de nosotros. Después, el orgullo colectivo: “Él no nos sigue”, ¡mira que pretensión! Si es Jesús a ser seguido, mira la capacidad que los discípulos tiene.

Juan es el portavoz del grupo de los discípulos. Ellos podrían ahora pretender impresionar Jesús por la presión del grupo: “Nosotros estamos aquí”. Si, individualmente, ellos no eran grande cosa, ahora ellos quieren por los menos intentar, como grupo, impresionar Jesús.

El cuidado con la lógica de los números, pensar en el discipulado de Jesús en cantidad. Y Jesús da esta advertencia a Sus discípulos: “Quien no es contra nosotros es nuestro favor”, justamente para exhortar el corazón de ellos y nuestro corazón de este peligro del encerramiento. ¡Que la gracia de Dios pueda abrir nuestros corazones!

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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