“Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán” (Lc 13, 24).

Para entrar en el Reino de los Cielos, no podemos tener una actitud pasiva, esperando que el Reino de los Cielos venga hasta nosotros y nos lleve. ¡No! Necesito hacer esfuerzo, y esfuerzo es eso mismo, es del verbo “esforzar”, yo necesito hacer esfuerzo.

Tu sabes que, muchas veces, el esfuerzo es realmente poner fuerza en lo que estoy haciendo. Muchas veces, estamos perdiendo la vida por falta de esfuerzo. La persona tiene aquella actitud de quedar parada, no podemos quedar parados en la vida, tenemos que movernos, y toda movimentación exige esfuerzo. Delante de una sociedad que nos quiere paralisado, el esfuerzo tiene que ser aún mayor, porque, sino, el sedentarismos nos vence. Y estamos quedando enfermos de una forma cada vez más dura y cruel, pues, muchas veces, no hacemos esfuerzo ni para levantar del sofa para desconectar un aparato, o así pode delante.

El Reino de Dios es para aquellos que se esfuerzan, incluso, para pasar por la puerta estrecha

La sociedad del comodismo mantiene las personas acomodadas sin el fuerzo necesario para superar los limites, las barreras, las dificultades todas que la vida tiene. La bendición esta en el esfuerzo, en aquel que realmente esta luchando, esforzando, esta donando, trabajando, se empeñan para superar lo que en la vida es necesario superación.

El Reino de Dios es para aquellos que se esfuerzan, incluso, para pasar por la puerta estrecha. Tu sabes que, si tu tiene una puerta ancha – como somos holgazán, nos gusta siempre de lo que tiene más espacioso, de lo que es más ancho -, pero cuidado con estas puertas, porque muchas de ellas no conducen para el camino de la vida, después de la puerta hay un agujero que lleva para el abismo; y nosotros; muchas veces; caemos en los abismos de la vida porque estamos viviendo una vida sin esfuerzo. El esfuerzo para sernos correctos, el esfuerzo para no ceder a la corrupción, el esfuerzo para no sernos llevados por la facil tentación del tener, del placer, el esfuerzo que necesitamos para vivir sacrificio de una vida disciplinada.

El Reino de los Cielos es conquistado por quien hace esfuerzo, por quien lucha, por quien lucha primero consigo mismo, por quien no se deja llevar por las propias inclinaciones del cuerpo, de la voluntad, de la mente, pero por quien lleva la vida en la ascesis, es decir, basada la vida en la dirección del camino que salva. El reino de los Cielos no es para quien vive una vida con blandura, para quien quiere recibir todo en la mano.

¡Cuidado! Porque estamos creando hijos acomodados que, muchas veces, no son capaces ni de doblar la manta de la noche dormida, pues todo es llevado en la blandura y sin esfuerzo. Cria hijos y cria la propia vida con mucho esfuerzo, porque es así que damos valor y sentido a la vida, es así que conquistamos también el Reino de los Cielos.

¡Dios te bendiga!