12 Jan 2018

El pecado paraliza nuestra vida

Busquemos ir al encuentro de Jesús para renunciar al pecado, purificarnos y ser renovados y sanados por Él

“Al ver la fe de aquella gente, Jesús dijo al paralítico: Hijo, se te perdonan tus pecados” (Mc 2,5).

Una gran multitud esta aglutinada alrededor de Jesús, esta multitud quería escucharlo, quería tocar en Jesús y ser tocada por Él. Otros, en el medio de aquella multitud, estaban en busca de novedad, en busca de una palabra para tu vida y así por delante.

El paralítico no podía llegar hasta Jesús, él no tenía movilidad. Por eso, cuatro hombres de fe y convicción cogieron aquel paralítico y dieran una forma de llevarlo hasta Jesús. Ellos pasaron por medio de aquella multitud, pero no consiguieron entrar en la casa, entonces, ellos dieron una manera de entrar por el techo de aquella casa, para que el paralítico pudiera ir al encuentro de Jesús.

Estos hombres son ejemplos de lo que debemos ver. ¡Necesitamos ir hasta Jesús! Estos hombres fueron al encuentro de Jesús y fueron tocados, transformados por Él, y con la fe que tenían, llevaron aquellos que no podían llegar hasta Jesús.

Sea un instrumento, un canal de la gracia, sea el medio para llevar a Jesús, ese mundo tan paralizado. Lleve a Él, aquellas personas que están paralizadas en las diversas situaciones de la vida, y que no pueden llegar hasta Jesús. Necesitamos dar lo mejor de nosotros, necesitamos coger en la mano de la persona, por los brazos, para llevarlas para que sean tocadas por Jesús.

La gracia que Jesús trajo para aquel hombre, no fue solo de libertarlo de la parálisis física, Jesús te liberó de aquello que paralizaba tu vida, por eso Él dijo: “Tus pecados están perdonados”.

Necesitamos tener consciencia de la forma como el pecado paraliza nuestra vida, como él deja nuestra vida, realmente parada. No nos permite ir hacia adelante, de ir para las aguas más profundas. El pecado va creando un estorbo en nuestras pernas, en nuestra movilidad; e pecado va creando en nosotros, una situación donde todo queda confuso. Muchos dicen: “Quiero poner orden en mí vida. Yo quiero que mi vida va para adelante”. Pero, no es posible una vida caminar “hacia adelante” paralizada en medio del pecado.

Yo no sé cual es el pecado que nosotros tenemos, pero, humildemente, reconocemos que nosotros tenemos pecados y, muchas veces, nos conformamos con nuestros pecados, paramos o enfrentamos con él, y decimos así: “Yo soy así. Es así que quiero vivir”; y no salimos del pecado y él también no sale de nosotros. Y cuando el pecado no sale de nosotros, él nos impide, prende; y nos proclama rehenes de él. Puedo decir en el plural, porque, todos nosotros, nos convertirnos rehenes de los pecados”.

Ante de Jesús que perdona nuestros pecados, nos libera de nuestras parálisis, busquemos ir al encuentro de Él, para renunciarnos al pecado, purificarnos de él y ser renovados y sanados por Él.

Levanta y camina, porque, el Señor, nos quiere de pie, Él no nos quiere paralizados en la vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.