07 Mar 2020

El amor vivido engendra una nueva humanidad

Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores” (Mt 5, 43-44)

Cuando se habla de amor, luego, pensamos en el amor a las personas queridas, amadas. Queda un poco redundante: amor a quien es amado, y ese amor nosotros tenemos que cuidar. Pero, ahora, necesitamos cuidar del amor que no es amado; que esta herido, dañado; del amor que no esta reconciliado y, muchas veces, esta destruido. Ese amor que, un día, fue una amistad; fue cerca y, después, se convirtió lejos. Necesitamos cuidar del amor que se daño y, a los poco, esta acabando.

El amor a los enemigos es, por encima de todo, la sanación de las profundidades de nuestra alma y de nuestro corazón. Nosotros percibimos en nuestra historia, en nuestra existencia que nosotros nos decepcionamos con personas y ellas también se decepcionan con nosotros. Personas que estaban a nuestro lado y, muchas veces, ya no hablan con nosotros; que eran cercas a nosotros pero están lejos; personas que queríamos bien, pero no queremos ni proximidades; personas que creemos ser la mejor persona del mundo, ahora, rotulamos como falsas.

Ni voy entrar en los pormenores de las situaciones particulares que cada uno vive, porque, lo que necesitamos es amar porque solo el amor sana; solo al amor salva; solo el amor transforma; solo el amor vivido en su intensidad es que, de hecho, engendra una nueva humanidad.

Solo el amor sana, solo el amor salva, solo el amor transforma

La nueva humanidad es el hombre nuevo, es la mujer nueva. ¿Cómo una persona es una persona nueva si ella esta llena de heridas y alma de ella esta marcada por situaciones mal resueltas?

Entonces, ame quien no es tu amigo. “Yo no tengo enemigos”.. Buenos, hay personas que no nos quieren bien, nosotros, ¿vamos ignorar eso? Haga una lista de las personas que no nos quiere bien, pero reconocemos también aquellas que nosotros no queremos bien. Eso nosotros no podemos ignorar, porque, no hacemos mal al otro, pero hay dentro de nuestro corazón personas que están “frenando”, ocultas en el sótano de nuestra alma. Hagamos esta lista para rezar por ellas.

Hay personas que no nos persiguen directamente, pero persiguen nuestra alma, nuestra paz interior; persiguen las profundidades de nuestra alma que aislamos, pero necesitamos abrir para sernos libres. Y, solo hay una forma: amando y rezando.

Nadie necesita volver vivir juntos, abrazados, decir: “Es mi mejor amigo”. ¡No, no se trata de eso! Trata de, dentro de nosotros, no permitimos que nadie más haga el mal a nuestro interior y nosotros también no hacemos al otro porque no queremos bien (…) Tratemos con seriedad que podemos dar ahora es amar; amar los enemigos con el amor que podemos dar. El primero paso es rezar por ellos con todo nuestro corazón, para que las senda de nuestro corazón puedan abrirse, entonces, libres de resentimiento, de la tristeza y del rancor, nuestra alma va ser suelta.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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