“Y por causa de él, se produjo una división entre la gente” (Jn 7, 43).
Jesús no es unanimidad, Él no es acogido, amado y acepto por todos, por el contrario, hay aquellos que, aun viendo las obras de Jesús, se ponen contra Él. Y más, con la capacidad de influencia que tenían, con el poder de dominio de lenguajes y falacias, diseminan todo que es cosas negativas de Jesús.
Cuando no queremos acoger alguien, cuando no queremos escuchar lo que el otro tiene para decirnos, cuando no queremos nos oponer, hacemos lo que es posible, no solo para ser contra, pero para que los demás también se ponen contra. Hay aquellos que usan de su astucia, piensan que son conocedores de todas las cosas, que realmente crean oposición, combaten por combatir y usan los argumentos que hacen eso por el bien, que hacen eso para proteger.
Generalmente, son personas religiosas porque no son personas del “mundo” que están contra Jesús, son las religiosas de Su época, son aquellos que se creen fieles a la tradición, son aquellos que querían vivir su religión de acuerdo con sus intereses, dogmas y concepción.
Vivimos tiempos de división, de separación, donde las personas se ponen unas contra las otras
Fueron los hombres religiosos de la época de Jesús que se pusieron contra Él, fueron ellos que influenciaran parte del pueblo para oponer a Jesús, para ponerse contra Él. Usaran argumentos, falacias, sembraron miedo y muchas cosas que, en el medio de aquella situación, ellos se pusieron, de hecho, en oposición a Nuestro Señor Jesucristo. No escucharon a Él y aquellos que escucharon no acogieron a Él.
E incluso aquellos que escucharan y acogieron a Él, se dejaran influenciar y rechazaron a Jesús, de forma que Él no podía, muchas veces, pasa libremente en el medio del pueblo, porque siempre había aquellos que querían poner Él en situación complicada querían incluso tirar piedras, matar a Él porque diseminan cosas contra Jesús.
Vivimos tiempos de división, de separación, donde las personas se pusieron unas contra las otras influenciadas por discursos inflamados, por teorías de las más diversas posiciones y lo que hicieran con Jesús, los cristianos hacen unos con los otros: se atacan, se vuelven de un cuidado por la fe para atacaren, mataren, para no aceptaren. Se crean verdaderas guerras, y quien consigue matar el otro se siente realizado y recompensado, incluso religiosamente hablando.
Nuestra religión es la de Jesús, no es de aquellos que se ponen unos contra los otros para simplemente matar y perseguir quien piensa diferente.
¡Dios te bendiga!
