01 Jul 2020

Jesús expulsa el poder del mal de nuestra vida

“Y se pusieron a gritar: ¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt 8, 29).

Eran dos hombres que estaban poseídos por el demonio. Ellos salían de las tumbas y, de forma violenta, los demonios actúan en aquellos hombres. La violencia aún se convirtió la agitación mayor porque Jesús se acercó.

Cuando Jesús se acerca, cuando Él esta cerca de nosotros, los demonios se agitan porque Él expulsa el poder del mal de nuestra vida. Aquello que realmente atormenta nuestra vida es Jesús que tiene el poder de libertarnos, curarnos y librarnos de la acción del maligno.

No quedemos sobre el tormento del mal, permitamos que Jesús nos purifique y nos liberte, porque, si estamos demasiadamente agitados y violentos, si decimos palabras que son gruesas, nosotros nos convertimos agresivos unos con los otros. Es necesario expulsar ese espirito agresivo que nos tormenta por dentro, que nos deja muy agitados y ponemos para fuera, agredimos unos a los otros.

Cuando Jesús se acerca es para quitar lo que quita nuestra paz interior, nuestra serenidad y sobriedad, lo que nos quita del camino de la paz del alma.

Cuando Jesús se acerca, los demonios se agitan porque Él expulsa el poder del mal de nuestra vida

Acerquémonos de Jesús y permitamos que Él expulse nuestros pensamientos tortuosos, maldosos, impuros. Permitamos que Jesús se acerque de nuestro corazón y quite de él todo lo que esta sucio, impuro y es del mal.

Por que los demonios pidieran: ¿Entonces nos tire a los cerdos”? El lugar que es sucio es en la basura, y no somos el lugar de la morada de los cerdos, de ninguna forma. Porque, a la medida que vamos dejando el mundo nos guiar, nuestra mente se convierte sucia, impura, maldosa, maliciosa y llena de pensamientos negativos, destructivos y, de repente, vemos que de nuestra boca salen palabras pernicioso engañosas, mentirosas y falsas; de nuestra boca esta saliendo palabrotas, agresiones y percibimos que comenzamos a gritar unos con los otros.

La agresividades virtuales están sueltas porque dejamos la basura no solo entrar pero también permanecer en nosotros. Aquel que se acerca de Jesús necesita permitirse ser lavado y purificado. Que sean expulsos los demonios que atormentan nuestra vida, para vivir la pureza de los hijos de Dios.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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