11 Jan 2021

La gracia de Dios hace la diferencia en nuestra vida

“Jesús les dijo: Síganme y yo los haré pescadores de hombres.” (Mc 1, 17).

El Maestro Jesús está anunciando a nosotros el Reino de los Cielos, predicando el Evangelio de la Salvación y nos hablando que el Reino de Dios está cerca. Es necesario convertirse a él, es necesario creer en el evangelio.

Sabe, el Maestro también va pasando a la orilla del mar y va llamando Sus seguidores; llamo Simón y André, llamo después los hijos de Zebedeo, Tiago y Juan. ¡Que memorable el Evangelio nos recordó el día del llamado de estos hombres tan importantes en la misión del Evangelio, pero que importante fue para ellos ser llamados por el Señor!

Tengo seguridad que un día también Jesús llamo a ti. Un día él me llamo para ser tu discípulo y seguidor. Por supuesto, vengo de una familia cristiana y católica, pero hay un momento en la vida donde paramos y la gracia de Dios hace una diferencia en nuestra vida.

Tengo seguridad que has tenido un momento de gracia, el momento en que has sido mirado por Jesús y miro para Él y dijo: “Yo soy, voy ser y quiero ser seguidor del Señor”, si ese momento no ocurrió deja él ocurrir porque ya hace tiempo que el Señor esta caminado en nuestro medio y nos llamando para seguir a Él, para darnos nuestra vida por el Reino.

No te olvides que esta gracia necesita ser revitalizada, revigorada a cada día en nuestra vida

Una vez que tú has decidió, una vez que ya sigues Jesús, haga memoria de Tu seguimiento, haga memoria del día que el Señor te llamo, de los días que Dios se manifestó en tu vida. Tú has conversado con Jesús y Él contigo y el amor de Él ardía en tu corazón.

El hombre que se convirtió, la mujer que te has convertido, fue por la gracia de Dios, pero no te olvide del primer amor, del primer llamado. No te olvides de que esta gracia necesita ser revitalizada, revigorada a cada día en nuestra vida para que tu no te pierdas en el discipulado, en el seguimiento, para que mo vivas en la vida sin recordarse a cada día que el Señor te llamo para ser pescador de hombres.

Sé que tenemos nuestros trabajos, tu tiene tu misión en tu casa, en tu familia, pero no te olvides que necesitamos rescatar hombres para llevar hasta Jesús, como Él un día nos rescató.

¿Cómo estamos viviendo nuestra misión, nuestro llamado, nuestra responsabilidad? ¿Cómo estamos anunciando y tirando a las redes para que hombres y mujeres conozcan la gracia de Dios?

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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