“Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos” (Mt 10, 32)
Jesús se declaró a favor de nosotros, Él declaro todo Su amor por nosotros y declara a cada día lo mucho que Él nos ama, lo mucho que fue capaz de dar Su vida por casa uno de nosotros.
Declarar es asumir aquello que nosotros creemos, acreditamos y amamos. Aquellos que se aman, no basta sentir, es necesario declarar y anunciar. Hasta en el momento de casarse, el anuncio de ser hecho en alto y buen son. El “sí” que se da es la declaración publica y notoria para todos del amor que tu tiene por aquella persona.
Necesitamos declarar nuestro amor por Jesús, pero no es declarar solo con palabras de la boca para fuera, es declarar con la vida, con los actos las actitudes y con el testimonio de vida que nosotros amamos Jesús, que Él es el señor de nuestra vida.
Necesitamos declarar nuestro amor por Jesús, pero no es declarar solo con palabras de la boca para fuera, es declarar con la vida
Delante de la humanidad en que inseridos, en que muchos declaran de forma muy clara que no son a favor de Jesús, de la Iglesia, tampoco del Evangelio, nosotros necesitamos declararnos. Aquí “declarar” no es promover guerras, ni crear contienda. Es muy simples: declarar es testimoniar; es tener convicciones; es hacer el Reino de Dios presente con nuestras actitudes. Es eso que evangeliza; es eso que forma y testimonia para el mundo que Jesús es el Señor de nuestra vida.
Cada vez que hacemos eso, Jesús esta se declarando delante del Padre por causa de nosotros. Jesús esta diciendo: “Padre, él esta hablando en Mi nombre, esta proclamando Mi nombre, esta testimoniando Mi nombre”. Cada vez que viene la fuerza del pecado, la seducción del mal, la tentación del engaño, de la corrupción, de la ilusión, nosotros decimos: “En nombre de Jesús yo no quiero vivir eso. Yo no voy seguir ese camino”. Jesús, en el Cielo, vibra con nosotros. Jesús, en el Cielo, dice: “Padre, mira aquel que el Señor me dio. Él esta testimoniando Mi nombre”.
Sea donde esté, testimoniando y anunciando Jesús, declaremos nuestro amor para con Él en todo aquello que nosotros realizamos.
¡Dios te bendiga!
