15 Jul 2022

Cumpla, en tu vida, la regla del Amor y de la Misericordia

“Yo se lo digo: ustedes tienen aquí algo más que el Templo. Y si ustedes entendieran estas palabras: Quiero misericordia, no sacrificios, ustedes no condenarían a quienes están sin culpa. Además, el Hijo del Hombre es Señor del sábado.” (Mateus 12,6-8).

Mis hermanos, el Evangelio de hoy presenta, más una vez, el conflicto de Jesús con los doctores de la Ley, con los maestros de la Ley, con aquellos que eran los entendidos de la Palabra. Porque la situación era que los discípulos acogieran algunos choclos, porque ellos estaban con hambre. Nada más justo, ¿no los es? Cuando tu tienes hambre, comes. ¿Es o no es verdad?

Nada más justo, cuando nosotros pasamos por un pobre, por un necesitado que pide un alimento, nada más justo que ofrecer un alimento aquella persona. Pero, desgraciadamente, aquellos doctores de la Ley, aquellos fariseos, aquellos sacerdotes, estaban encarcelado a la Ley por la Ley que mata. Ellos veen aquella cosecha que los discípulos estaban haciendo como un trabajo, y Jesús veen con misericordia.

Jesús enseñaba, entonces, que Él no quiere el sacrificio, pero Él quiere la misericordia. No era un trabajo sencillo que ellos estaban realizando, peor era el hambre que estaba allí para ser saciada de aquellos discípulos, y era el día de sábado. El conflicto todo, la dificultad toda, era por causa de la ley del sábado.

La principal regla que necesitamos cumplir es la regla del Amor, es la regla de la Misericordia

Y el Señor puede expresar, entonces, que, en realidad, Él es mayor que la ley de Sábado, que Él estaba allí autorizando, porque Él tenía esta capacidad dada por el Padre a Él. Pero Él también, allí, enseño que vale más la misericordia que la regla por la regla; vale más el amor a Dios y el amor al prójimo, que la Ley por la Ley que no permitía. Pero la Ley que Neustro Señor vino nos transmitir fue la Ley del Amor, la Ley de la Misericordia.

Hoy, nosotros necesitamos, mis hermanos, vivir esta Ley, la Ley del Amor de Dios, la Ley de la Misericordia de Nuestro Señor. Por quien nosotros pasamos hoy, vamos dar el Pan de la Palabra, el pan (alimento) para ese hermano, para esta hermana. Aún que nosotros tengamos reglas para cumplir, la principal que nosotros necesitamos cumplir es la regla del Amor, es la regla de la Misericordia.

El Señor es mayor que el sábado, y el sábado fue hecho para el hombre, el Señor nos enseño. El Sábado no fue hecho para unir el hombre, pero para dejar el hombre aún más libre. Entonces, la Ley por la Ley mata, pero la Ley del Amor da la vida. Es esta Ley que nosotros necesitamos vivir.

Vivamos la Ley de la VIda, vivamos la Ley del Amor, de la Misericordia. Extendamos nuestras manos, nuestros brazos, nuestro corazón y no quedemos presos en la Ley por la Ley que mata, peor en la Ley de Cristo que nos enseña a extender la mano y el corazón a nuestros hermanos.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Márcio Prado

Sacerdote da Comunidade Canção Nova.

Pai das Misericórdias

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