20 Dec 2021

Como María, póngase a servicio de la gracia de Dios

“Pero el Angel le dijo: No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lc 1, 30-31).

La riqueza de detalles con que Lucas narra la visita del Arcangel Gabriel a la Virgen María nos muestra la intimidad que el evangelista disfrutaba junto a María. porque solo ella vivió estos acontecimientos, solo ella vivió en su intimidad, de forma única, esa intervención de Dios en su historia y en la historia de la humanidad. Quien la visita es Dios, el Arcangel Gabriel es el enviado de Dios a esta ciudad, a su casa, a su intimidad.

La visita del ángel no es simplemente una visita de cortesía, es aquel que viene para ser un portador del designio, de la gracia de Dios. Entonces, el ángel la saluda con lo que Ella es: llena de gracia. No es una gracia cualquier, sobre Ella reposa la plenitud de la gracia divina. Si juntamos todas las gracias de la humanidad, ninguna se convierte comparable o todas juntas no llegan a proporción de aquello que se realizo en el vientre de María; Ella recibió en su vientre el Divino Salvador, el Espíritu Santo, Aquel que, en el principio, creo todas las cosas. El Espíritu Creador esta ahora creando en ella la persona humana de Jesús.

Todos nosotros tenemos que nos arrodillamos para contemplar, admirar y adorar el Salvador que se encarno en el seno de María

Reza con nosotros: 
.:5º Día de la Novena de Navidad

Jesús es es el eterno Hijo del Padre, pero Él no era humano, Él se convirtio humano en el vientre de María, es gracia sublime, única, irrepetible. Por eso, Ella es toda agraciada por Dios. Ni ella comprendió, quedo perturbada y se puso, como siempre, para hacer la voluntad de Dios, pero no tenía ni noción de grandeza de aquello que Dios quería realizar en Ella, entonces, el Ángel pidio para Ella no atemorizar, porque Ella no solo encontro gracia delante de Dios, pero la gracia más sublime de Dios se manifestara en su vientre: Ella va concebir un hijo y Él tendrá el nombre de Jesús, porque va ser el Salvador de todos nosotros.

Cuando María interroga como eso sucederá, no es porque ella tiene duda o no cree, por el contrario, cree tanto en la obra de Dios que quiere someterse para que Él realice en Ella lo que Él tiene por designio: “María, no va ser por hombre, pero por acción del Espíritu Santo”. “Es el Espíritu que va ir hasta ti, aquel mismo Espíritu Creador que, en el principio, creo todas las cosas; él ahora entra en su vientre, tu es ahora la tierra virgen donde, en el principio la tierra broto todos los frutos”. Ahora esta tierra bendita, que es el vientre de María, hace brotar el fruto salvador, el fruto salvador de la humanidad: Jesús, Nuestro Señor.

Paramos para contemplar tamaña gracia, tamaña acción maravillosa de Dios, única e irrepetible, donde todos nosotros tenemos que arrodillarnos para contemplar, admirar y adorar el Salvador que se encarno en el seno de María y, como Ella, nos pone a servicio de la gracia: “Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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