Busquemos el lugar de los últimos, busquemos estar con los últimos porque es allá que Dios está y estará
“Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú” (Lc 14, 8).
La parábola que Jesús nos cuenta, hoy, es acerca de la fiesta de la boda, donde era importante quien ocupaba los primeros lugares, porque significaba que era más amigo y más cercano de los novios. La persona llegaba y ocupaba aquel lugar, mas, de repente, tuviera alguien más importante, que tuviera mas consideración. Que vergüenza, pues la persona tendría que levantarse para ceder lugar a otra.
Es muy simples ocupar el último lugar y los novios nos invitaron para ir más cerca de ellos, pero solo hace eso quien tiene humildad y discernimiento en el corazón.
Quien es movido por la arrogancia y por la soberbia quiere siempre los primeros lugares, quiere estar enfrente de todo, quiere saber más, tener más importancia, llegar y, como dice la expresión popular, “tapar”.
Necesitamos tapar nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestra autosuficiencia, nuestro sentimiento de grandeza y saber buscar nuestro lugar. Este lugar es el último, lugar que nadie quiere, que nadie desea ocupar, es para eses que Dios se vuelve en primer lugar. Mientras dentro de nosotros, trabamos ese combate, donde el orgullo esta pisoteando, siempre atormentando por causa de las honras que merecemos, por causa de los recuerdos que los demás necesitan tener de nosotros, viviremos un eterno combate en nuestra alma.
El ejemplo que Jesús nos da que quien se eleva sera humillado y quien se humilla será exaltando es para mostrarnos que no necesitamos buscar nada que represente grandeza o reconocimiento para nosotros, aplauso de las personas o merecimiento por lo que hacemos. Nuestro reconocimiento, nuestro merecimiento viene de Dios, que reconoce, de hecho, quien somos y lo que hacemos. Él reconoce, cuando el corazón hace las cosas con sentimiento de humildad y no de grandeza.
En el mundo, donde están siempre buscando los primeros lugares, busquemos el lugar de los últimos, busquemos estar con los últimos porque es allá que Dios esta y estará. [
¡Dios te bendiga!
