“Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: Este es el Cordero de Dios” (Jn 1, 35-36).

¡Jesús esta pasando! Y, cuando Jesús pasa, las personas pueden encontrase con Él, reconocer a Él o ignorarlo, ser indiferente para con Él.

Mira: Jesús esta pasando entre nosotros, Él esta entre nosotros. Juan esta apuntando, nos esta diciendo: “Él es el Cordero de Dios”.

Tu sabes que el cordero era aquel animal sacrificado en reparación en expiación por los pecados que el pueblo de Israel hacía. En la celebración de la Cena Pascual, la forma de inmolación por causa de los pecados era, de echo, el sacrificio de ese animal. Juan ya esta diciendo que el verdadero cordero de Dios es Él, y podemos entender que la vida de Él, el sacrificio de Él, ese de verdad quita el pecado del mundo, quita nuestro mundo personal del pecado. Es necesario que yo ahora mire para Jesús y encuentre en Él mi Salvador y el Señor.

No puedo creer que una persona que encontró Jesús necesita buscar fuera de Jesús la salvación para su vida

Es necesario ir al encuentro de Jesús porque todo encuentro con Él es transformados. Es por eso que André hermano de Simón Pedro, va decir a su hermano: “Encontramos el Mesías”, es decir, encontramos aquel que es el Señor, encontramos aquel que es el Salvador, encontramos aquel que tiene el poder de transformarnos.

Las personas están buscando respuestas, de soluciones para sus vidas, las personas están muchas veces incluso desesperadas, caminando aquí y allí, situaciones o soluciones para los dramas de su vida. Encontramos Jesús y en Él esta la luz y la salvación.

No puedo creer que una persona que encontró Jesús necesita buscar fuera de Jesús la salvación para su vida. O la persona no se encontró con Jesús o se encontró y no permitió que Él fuese el Salvador de su vida.

Cuando André se encontró con el Señor y fue llamar su hermano para que también tuviese ese encontró con Él, ellos fueron y quedaran con Él y nunca más dejaron el Señor. Por supuesto que la vida de ellos fue a los poco se transformado, pasaran por altos y bajos, pero permitirán que la vida de ellos fuera transformada.

Permitamos que a cada día encontremos el Señor y que cada encuentro con el Señor sea transformador. Existen muchos falsos Mesías, existen muchos falsos camino, existen muchas ilusiones, engaños y seducciones, pero solo uno puede salvar nuestra vida, Él se llama Jesús. Nos encontremos con Él a cada día de nuestra vida.

¡Dios te bendiga!