25 Dec 2020

Asumamos a Jesús como nuestro Seños y Salvador

“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14).

¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios! Bendito sea el Señor, nuestro Dios amado, que nos dios Su Hijo único: nuestro Salvador y Jesús Cristo, en el cual contemplamos Su presencia gloriosa en nuestro medio.

Bendito sea Dios porque Su Palabra eterna se encarnó, ella esta en nuestro medio. Palabra de vida, Palabra que salva, Palabra que restaura, Palabra que trae salvación para todos nosotros.

Alegrémonos con todo nuestro corazón, que podamos llenar nuestra alma de Jubilo para contemplar Dios presente en nuestro medio.
Sé que todos nosotros sabemos que hoy es día de Navidad, pero la palabra “Navidad” talvez se revistió de muchos otros significados que ha huido del sentido esencial. No podemos solo llamar hoy de “Día de Navidad”, porque solo Navidad no significa nacimiento, pero hoy es Navidad de Nuestro Señor y Salvador Jesús Cristo, hoy el Verbo Encarnado, la Palabra eterna de Dios, nuestro Salvador nació.

No basta decir que hoy es Navidad, es necesario, de hecho, asumir a Jesús como nuestro Señor y Salvador

Sabemos la alegría que representa el nacimiento de un niño, el nacimiento de un hijo, de una hija… ¡Y qué alegría representa para toda la humanidad de Jesús, Nuestro Salvador!
No solo buenos sentimientos que revisten el día de hoy, es más que eso, es sublime el acontecimiento que celebramos; es sublime por la gracia, por la importancia, por todo aquello que Él realiza en nuestra vida. Jesús en nuestro medio es la seguridad de que Dios asume nuestra naturaleza humana, que Él asume ser humano como cada uno de nosotros; asume ser igual a nosotros para convertirnos semejantes a Él, para recuperar nuestra naturaleza divina que recibimos por imagen y semejanza de Él cuando fuimos creados, pero que fue ofuscada por el pecado.

Dios viene hasta nosotros traer la salvación y liberación, por eso, no cabe en nuestro corazón la tristeza, el miedo, la frustración, la decepción; ¿porque donde es que ponemos nuestro corazón? ¿Dónde esta nuestra fe y nuestra confianza?

No basta saber que Jesús nació, no basta decir que hoy es Navidad, es necesario, de hecho, asumir a Jesús como nuestro Señor y Salvador. ¡Es eso que hace la diferencia! El hecho “Jesús nació” es un acontecimiento histórico, pero Él cambia la historia de la humanidad, y mi humanidad, cuando asumimos a Él como Señor y salvador todos los días de nuestra vida.

Bendito sea Dios que nos dio Jesús como nuestro Señor y Salvador.

¡Dios te bendiga! ¡Feliz Navidad!

Pai das Misericórdias

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