31 Jul 2022

Agarrate a los bienes del Reino del Cielo

“Uno de la multitud le dijo: Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?.” (Lucas 12,13-14).

Mis hermanos, la cuestión de los apegos, del apego a las cosas materiales, era algo que ya existia en el tiempo de Jesús; pasado algún tiempo sigue a existir. En nuestro tiempo aún existe.

Esta cuestión de la herencia, desgraciadamente, cuantas familias que se disipan por cuenta de la herencia. Jesús, en otras palabras, estaba queriendo decir aquí: “Mira, no soy el juez de esta situación. Ustedes necesitan solucionar”.

¿Hay algún conflicto sobre la herencia en tu casa? ¡Mira, combina con tu hermano, combina con tu primo, combina con quien tienes que combinar, y solucionen! – “¡Padre, pero solucionen esta situación para mí!” – Mira, no puedo solucionar, tu es quien necesita solucionar – “Pero, ¿yo voy en la justicia o no voy en la justicia?” – Tu es quien sabe si va tener que ir en la justicia o no. ¿Está correcto? Verifica lo que es mejor.

Jesús esta queriendo decirnos aquí, mis hermanos, que nosotros no debemos pelear por las herencias simplemente aquí de la Tierra. Por supuesto que es de derecho a la casa de sus padre, es un bien, solucione eso, pero Jesús dijo y quiso decir aquel hombre y aquella multitud, que estaba alrededor de Él, que nuestro objetivo, mientras hijos de Dios, entonces, mientras cristianos que nosotros somos, debemos buscar, primero, a Él. ¡Él es nuestra riqueza, Él es nuestra verdadera herencia!

No debemos buscar acumular bienes y estar presos a los bienes de aquí de la Tierra

No debemos simplemente batallar para tener cosas aquí, en este mundo. Como la parábola que el Señor contó en el Evangelio de hoy, de alguien que quiso tener muchos bienes y que imaginaba que, por medio de aquellos bienes, estaba seguro, y no estaba. Los bienes no nos dan la seguridad. Y atención principalmente a la seguridad de la vida eterna.

Talvez, los bienes aquí de ese material, los bienes aquí de este mundo material nos dan sí una cierta estabilidad, nos dan un techo, nos dan un ar caliente o un ar frío (por causa del ar condicionado), pero la alegría verdadera y la estabilidad, la comodidad espiritual, los bienes no dan, pero solo Dios.

Y Jesús nos enseña, mis hermanos, por medio de este Evangelio, que nosotros no debemos buscar acumular bienes y estar presos a los bienes aquí de la Tierra, pero necesitamos buscar y cultivar una vida en Él. Que Él sea mi único tesoro, mi tesoro, tu tesoro. Es eso que nosotros debemos buscar, buscar a Él, no estar apegado a los bienes, pero desapegado de estos bienes y tener, unicamente, a Dios como nuestro apego. Y amando a Dios, cuidemos de las otras cosas, pero las cosas no van salvar. ¿Quien nos va salvar? ¡Dios, Jesucristo. Entonces, cultivemos Él en nuestra vida!

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Márcio Prado

Sacerdote da Comunidade Canção Nova.

Pai das Misericórdias

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