“Pero Herodes decía: ‘A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?’. Y trataba de verlo” (Lc 9, 9).
El Reino de Dios esta ocurriendo, el Reino de Dios esta siendo proclamado; los enfermos están siendo curados, las almas están siendo libertas del poder del maligno, las personas están siendo renovadas y transformadas. La acción de Jesús y de Sus apóstoles ha llamado la atención y ha causado tensión en el corazón de muchos que no se acercaran de la gracia del Reino de Dios.
Es necesario decir que el Reino de Dios tiene que provocar la sociedad, pero él no provoca pelea o discusión, el Reino de Dios provoca transformación, lo que el reino de Dios hace ocurrir es, de hecho, conmover y mover corazones por aquello que las personas están siendo transformadas.
Tu no necesitas luchar por causa de Jesús, no necesita hacer confusión por causa de Jesús, lo que tu necesitas es testimoniar Jesús con tu vida. Es necesario que las personas miren para ti y miren lo que ocurrió en tu vida y tu vas ser un testimonio vivo de aquello que el poder de Jesús es capaz de hacer, pues es eso que esta llamando la atención de muchos. “¿Que esta ocurriendo?”: Herodes esta preguntando. “¿Es Juan Bautista que resucito?”, pero yo mande matar Juan Bautista. Otros están diciendo: “Elías apareció”; “¿Será que es alguno de los antiguos profetas?”. Herodes, en su ingenuidad, como aquel que no se abrió para la gracia, él entonces, escuchando hablar de estas cosas, buscaba ver Jesús.
Encontrémonos con el Señor a cada día e que cada encuentro sea transformación y conversión para nuestro corazón
Herodes buscaba ver Jesús por el instinto de la curiosidad. Sé que muchas personas son curiosas,quieren saber lo que ocurrió, a veces, allí en la iglesia; y así por delante. Pero no es por curiosidad que nos encontramos con el Señor. Encontramos el Señor cuando abrimos nuestro corazón para escucharlo. No es en la curiosidad, cuanto menos en la comodidad que encontramos el Señor. Encontramos el Señor cuando dejamos el corazón abrirse para que en él Jesús entre y haga morada, porque muchos fueron transformados por la presencia de Jesús, pero otros no fueron porque no acogieron, no se abren, no se dejaran convertirse y convencerse por la Palabra que salva y transforma.
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No podemos permanecer cerrados e indiferentes, no podemos permanecer indolentes de forma pasiva cuando Jesús esta aquí, Él esta en nuestro medio. Es necesario conocer a Él; y no es conocer en la curiosidad, pero es conocer a Él en la verdad. Cuando buscamos conocer Jesús y permitimos que Su Palabra entre en nosotros, nuestra vida es transformada. Que pena que Herodes murió sin conocer Jesús, que pena que Herodes y muchos de su época tuvieran la oportunidad de acercarse, de conocer y tener su vida cambiada. Él paso para la historia como un tetrarca que hizo muchas cosas perversas, podría haber entrado como un convertido, como un hombre transformado.
No importa si tu has tenido una vida equivocada o malvada, pero importa que el error es convertido en la verdad, que la maldad es convertida en la bondad cuando encontramos Jesús y nos dejamos ser convertidos por Él. Que nos encontremos con el Señor a cada día; y que cada encuentro sea transformación y conversión para nuestro corazón.
¡Dios te bendiga!
